Un grupo de vecinos del barrio de Carrús Este mostraron ayer diversas quejas acerca de la falta de mantenimiento y limpieza tanto en la vía pública como en la ladera del río. El barrio, que podría contar con unas vistas mejores al cauce, se siente en parte abandonado y algunos de sus residentes reivindican algo más de atención por parte del Ayuntamiento.
El parque Fernández Ordóñez, las inmediaciones del primer tramo de la calle Clara Campoamor o el entorno de la calle Francisco Miller Giner parecen centrar las críticas de algunos vecinos que, por ejemplo, piden más contenedores intermedios, una mejora de calles, o la poda de matojos y riego continúo en una ladera con palmeras y matojos secos.
Teresa Ripoll, residente en esta zona de Porfirio Pascual, lamenta también la escasa iluminación en los accesos a la ladera del río, la ausencia de papeleras en un buen tramo de la calle Clara Campoamor y la falta de mantenimiento en general.
Algún banco roto, basuras acumuladas, una mano de pintura pendiente, una valla inconclusa y hormigón cedido al pie de la ladera, escalones con alturas desiguales o rampas algo deslizantes o tan extensas que a las personas mayores les cuesta subir o bajar son otras de las carencias que exponen los vecinos.
«Son muchos años de dejadez de la zona», explican desde un bar, a la vez que se asegura que de día se ven los desperfectos y las carencias, mientras que por la noche «te da miedo salir porque falta luz en algunos puntos».
La zona se encuentra ahora afectada por las obras de instalación del nuevo colector, por lo que los descontentos son mayores a causa de las inevitables molestias a los comercios y por los cortes de calle.
«Prácticamente no ha cambiado nada en diez años. Ya lo denunciamos en 2006 y el barrio está casi igual», señala el líder del Partido de Elche, Jesús Pareja, quien se hace eco de estas quejas.
A su juicio son muchos años ya en los que no se ha hecho nada. «Carrús Este debe estar en los presupuestos de 2016. Los distintos gobiernos han venido diciendo que iban a hacer mejoras y, salvo excepciones, no han hecho nada», indica Pareja, quien apunta que en esta zona residen unas 20.000 personas.
