Nino regresó el domingo a la titularidad después de nueve encuentros sin saborear lo que es salir al campo desde el pitido inicial. Ver al cañonero de Vera en el once inicial fue un soplo de aire fresco en una afición como la franjiverde que lo adora y admira a partes iguales porque, pese a sus 38 años, cada vez que tiene el balón en los pies existe la sensación de que puede pasar algo.

Ante el Sporting lo volvió a demostrar pese a sus pocos minutos y al hecho de que la falta de competición le pudiera haber pasado factura. Todo lo contrario. Nino sigue siendo Nino. Dio dos pases de gol, uno a Sory Kaba y el otro a Benja, ocupó espacio en la medular, estuvo listo en el corte y solo le faltó marcar. Todo un lujo para un equipo como el franjiverde obligado a competir al 200 por ciento cada vez que se enfrenta a un rival.

Tras actuar frente al Lugo, donde intervino durante 77 minutos, Nino pasó un tanto al olvido. Desde entonces hasta el duelo ante los rojiblancos, solo ha podido acumular 152 minutos repartidos en siete encuentros. Muy poca presencia para un jugador de sus características y prestaciones.

José Rojo «Pacheta» ha pasado de utilizar al delantero como revulsivo en las segundas partes a dejarlo para los minutos de la basura. Su rol dentro del equipo ha variado mucho y tiene que ganarse su trozo de gloria en cada minuto que le facilita el entrenador. Algo que le ha pasado desde que empezó a darle patadas a un balón. Nadie le ha regalado nada al de Vera a lo largo de su trayectoria deportiva.

Después de ser clave en el ascenso a Segunda el delantero almeriense comenzó los tres partidos de Liga sin estar entre los elegidos de Pacheta en el once inicial y no fue titular hasta el duelo frente al Mallorca. Seguidamente, en el Carlos Tartiere vio el encuentro en el banquillo y no saltó al campo. De esta forma, se rompió una racha de 49 encuentros consecutivos en los que siempre había participado en los partidos del equipo franjiverde.

Hasta ese día, el delantero almeriense no se perdía un duelo del Elche desde la última jornada de la temporada 2016-2017, precisamente también ante el Oviedo (0-2), en un encuentro en el que el equipo ilicitano ya estaba descendido a Segunda B y el técnico interino, Vicente Parras, reservó al jugador por unas molestias en la rodilla.

Desde ese día, el capitán franjiverde había participado al menos durante unos minutos en los 38 partidos de Liga de la pasada temporada en Segunda B y en los seis de la fase de ascenso a Segunda. Esta temporada participó en los cinco primeros hasta no jugar ante el Oviedo. Circunstancia que también se repitió, unas jornadas más tarde, en el Martínez Valero con el Málaga como rival.

Desde su regreso al Elche, el capitán franjiverde solo se ha perdido cinco partidos, dos por unas molestias, ante el Levante y Oviedo, y frente al Mallorca por sanción, todos ellos en la temporada 2016-17, y los disputados ante Oviedo y Málaga, en esta campaña, en los que no jugó por decisión técnica. Algo inusual desde su regreso a la entidad ilicitana.

No lanzó el penalti

Nino pudo volver a marcar un gol al Sporting, pero el penalti lo lanzó Benja, cuando él es el primero para ejecutarlo. No hay que olvidar que entre el primer y el filial rojiblanco había celebrado 10 goles en 21 partidos. Una cifra que solo iguala los 10 tantos que le ha marcado al Nàstic de Tarragona en los mismos partidos. El 5 de noviembre del año 2000, hace ya 18 años, le endosó el primer tanto al Sporting. El año pasado Nino se cruzó en el camino del filial por el ascenso a Segunda. Y en esa segunda eliminatoria de la fase de ascenso firmó tres goles. En la ida marcó los dos del Elche en el tramo final para remontar una eliminatoria que estaba cuesta arriba, y en la vuelta marcó el del empate cuando ya se mascaba la tragedia.

El domingo, al Sporting le salvó la campana. Benja cogió el balón para lanzar la pena máxima ante un generoso Nino que no puso ningún tipo de reparo. El undécimo gol del punta franjiverde al conjunto asturiano tendrá que esperar. En la segunda vuelta del campeonato ambos equipos se verán las caras en El Molinón.