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El empleo no tiene memoria

Alicante gana 3.300 empleos, según los últimos datos de la EPA, pero con el patrón tradicional y dejando de lado la transformación digital

El empleo no tiene memoria

Alicante cierra el año con un crecimiento del empleo y un descenso del paro. En cifras, 3.300 ocupados más que hace un año, al alcanzar las 745.700 personas con trabajo, y 24.400 desempleados menos, tras bajar hasta los 138.100. Una mejoría que, sin embargo, se ha visto favorecida más por el propio impulso de la reactivación económica que por una consolidación de la tendencia al alza en la creación de empleo. En realidad, esta se presume poco asentada, a tenor del mal comportamiento del último trimestre de 2018, cuando la provincia perdió casi 21.000 ocupados con relación al trimestre anterior, sobre todo por el descenso del sector servicios, pese a la campaña navideña, que tradicionalmente suele reactivar las contrataciones. Y, además, porque en estos últimos tres meses el paro sumó 1.400 desempleados, y elevó la tasa hasta el 15,63%.

Pero, igualmente, un indicador de esta desaceleración sería el hecho de que el aumento anual en más de 3.000 ocupados es el menor avance desde el cierre de 2013, cuando Alicante ganó 6.300 empleos, y eso que la economía española y provincial todavía se encontraban en pleno periodo de crisis. Desde entonces, el pico en la creación de puestos de trabajo se registró en 2015, cuando la población ocupada creció en más de 45.700 trabajadores, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Además, parte de la evolución positiva del empleo se sustenta en el impulso del sector público, que en el último año ha ganado 16.000 trabajadores asalariados, frente a la pérdida de 12.500 del sector privado, según la comparativa del último trimestre de 2017 y el mismo de 2018.

Sin noticias de un nuevo modelo

Unos datos todos ellos que unidos a la ralentización del crecimiento y del dinamismo laboral a finales de año vendrían a indicar que la provincia no avanza hacia el cambio de modelo productivo al que sindicatos y la patronal CEV han apelado en los últimos años y durante la crisis para variar los patrones del mercado de trabajo y ganar en productividad y competitividad. Preocupa a los agentes sociales que la tasa de paro de la provincia haya vuelto a subir en el cuarto trimestre del año. Al finalizar diciembre, se situó en el 15,63%, cinco décimas más que en el trimestre anterior, aunque casi tres décimas menos que a finales de 2017. En cualquier caso, la estacionalidad y la dependencia del sector servicios vuelven a desmarcar a la provincia de la tendencia nacional y autonómica, ya que en España la tasa de desempleo bajó hasta el 14,45% y la autonómica, al 14,30%.

Además, los jóvenes de entre 16 y 24 años reaparecen en las estadísticas como uno de los colectivos más afectados por el paro. Concentran el nivel más alto, pese a la recuperación, con una tasa de desempleo del 38,2%, frente a la del 30,2% del trimestre anterior. Y aunque un año antes los niveles fueran más altos (40,3%), los últimos índices siguen siendo elevados y apuntarían a lo poco que ha cambiado el mercado laboral en Alicante y lo poco que se ha aprendido de la crisis.

Los esquemas del mercado de trabajo en la provincia siguen repitiéndose a golpe de la evolución de la actividad de los servicios y del comportamiento de las campañas turísticas o las del comercio. Un sector, en general, que en los tres últimos meses del año ha perdido 27.900 ocupados y en la comparativa anual sólo ha ganado 4.200.

Los servicios, menos dinámicos

Si los negocios motores de esta actividad, como la hostelería o el comercio, reducen contrataciones en uno de los periodos más dinámicos de consumo y de reactivación del empleo, las advertencias desde distintas entidades sobre el inicio de una época de desaceleración comienzan a encontrar sus argumentos en la ralentización del crecimiento económico y de la demanda interna. Pero, también, esta situación podría enmarcarse en el impacto en estos sectores, sobre todo en el del comercio, de los nuevos modelos de negocio digital hacia los que se insta a avanzar para no perder posicionamiento no ya en el futuro, sino en el presente más inmediato.

Preocupación en la industria

Pero, si cabe, en el balance anual del mercado laboral de la provincia, una de las mayores preocupaciones que expresan sindicatos y patronales es la importante destrucción de empleo industrial, concretada en 16.700 ocupados menos que hace un año. Un retroceso que podría encontrar sus causas en los factores adversos a los que tienen que hacer frente, sobre todo los sectores exportadores por una fuerte caída de la demanda de los mercados tradicionales -léase Reino Unido por el Brexit- y los nuevos tiempos de ralentización de la economía mundial. Esta evolución es preocupante, porque la industria «genera habitualmente un empleo estable; y la economía provincial necesita una industria fuerte», subrayaban José María Ruiz Olmos, secretario de Empleo de CC OO en l'Alacantí-Les Marines, y Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en la misma comarca. También la CEV muestra su inquietud por «el descenso de la actividad y el aumento del paro en este sector (en la Comunidad). El único en el que el paro ha subido en el cuarto trimestre, tanto en tasa trimestral como anual. Además, la ocupación ha estado bajando durante todo el año en esta actividad», alertaban desde la patronal presidida por Salvador Navarro.

Más contratos indefinidos

Un desasosiego justificado porque la industria está llamada a ser una de los sectores propulsores de la transformación digital, con nuevos empleos cualificados. Y la que más rápido debe adaptarse a la revolución industrial 4.0. Con estos datos, cabe preguntarse si las empresas se están preparando realmente para el nuevo escenario o este resultado negativo representa el momento de impasse previo al salto cualitativo hacia el contexto tecnológico, que no espera.

La mejoría de la contratación indefinida -37.400 ocupados más en Alicante con empleo fijo con relación a un año antes- y de trabajadores a jornada completa - 27.800 más- aportan buenas noticias en este balance anual. Y todo ello, en una provincia en la que el empleo parece que no tiene memoria: reproduce el patrón tradicional, sin acabar de afrontar la transformación digital.

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