Con alguna excepción durante la etapa más dura de la crisis, el segundo trimestre del año suele ser una buena época para encontrar empleo en la provincia. La Semana Santa marca el final de la temporada baja turística y la mayoría de negocios de la costa empiezan a preparar sus plantillas para acoger a los millones de visitantes que llegan en los meses veraniegos. El resultado suele ser una fuerte reducción del paro, como la que se ha vuelto a registrar este año y que, en esta ocasión, ha permitido devolver la tasa de desempleo de la zona hasta su nivel más bajo de la última década.

Así, entre los meses de abril y junio de este año la cifra de parados de la provincia se redujo en 25.200 personas -más del doble que en el mismo periodo de 2017, cuando fueron 11.500-, con lo que el total de desocupados de Alicante se sitúa actualmente en 138.300. Se trata de la cifra más baja desde el verano de 2008, el año en que empezó la recesión, y coloca la tasa de paro en el 15,6%, muy alejada ya del 30% que llegó a alcanzar en plena crisis.

Como critican los sindicatos, una parte de esta caída se debe al descenso de la población activa, principalmente por el incremento del número de jubilados y de estudiantes, que sería responsable de algo más de una cuarta parte de ese descenso del paro, unas 7.000 personas.

Sin embargo, la inmensa mayoría se debe pura y llanamente a la creación de nuevos puestos de trabajo. De esta forma, el trimestre se cerró con 748.100 ocupados en la provincia, 18.200 más de los que había en el primer trimestre. Un incremento del empleo muy superior al registrado en el mismo periodo del año pasado, cuando se contabilizaron 12.900 nuevos ocupados.

El dato es doblemente positivo porque, además, esta creación de empleo benefició especialmente a los colectivos más vulnerables. De esta forma, las mujeres acapararon casi el 52% de los nuevos empleos y casi el 60% de la caída del paro del pasado trimestre y resulta también muy significativa la reducción del paro entre los más jóvenes.

Y es que, en los últimos doce meses, la tasa de paro de quienes tienen entre 16 y 24 años prácticamente se ha reducido a la mitad, al pasar del 41,6% a un 23,2%. Nuevamente, una parte hay que atribuirla a quienes abandonaron el mercado laboral para centrarse en los estudios o, simplemente, se hartaron de buscar trabajo sin encontrarlo, pero eso no quita que en este tiempo también se hayan creado más de 5.000 puestos de trabajo entre este colectivo.

Estacionalidad

Si se analiza la distribución por actividades, los datos dejan pocas dudas sobre cuál fue el motor del mercado laboral la pasada primavera. El sector servicios -en el que se incluye el turismo- creó 25.300 empleos, frente a los poco más de 3.000 que se generaron en la agricultura o los 200 nuevos ocupados de la construcción. Por el contrario, la ocupación cayó en el sector industrial alicantino, con unos 10.000 empleados menos.

Una situación que no gusta nada a los sindicatos, que denuncian la estacionalidad de la mayoría de los empleos creados y el riesgo de que la provincia se convierta en un «monocultivo» turístico, en palabras del secretario de Empleo de CC OO en l'Alacantí - Les Marines, José María Ruiz. No en vano, como señala el representante obrero, si en 2008 los servicios ocupaba al 66,6% de todos los trabajadores alicantinos, en la actualidad la cifra ya alcanza el 74,2%.

En la misma línea, su homóloga de UGT, Yolanda Díaz, señala que «los datos de la EPA demuestran que la creación de empleo en esta provincia viene de la mano de un empleo temporal, de escasa calidad y bajos salarios», por lo que destaca la necesidad de un cambio de políticas y pide que los Presupuestos del Estado introduzcan estímulos para favorecer un nuevo modelo productivo. Por su parte, desde CC OO, Ruiz señala que el acuerdo sobre la negociación colectiva o el de la mejora del empleo público pueden permitir que empiece a mejorar la calidad de la ocupación.