n A pesar de la notable reducción que se ha registrado en los últimos años, el paro sigue siendo una lacra que afecta a un gran número de familias en la provincia. En concreto, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, más de un tercio de los hogares alicantinos -el 36,9%- todavía tienen alguno de sus miembros desempleado, lo que indica que aún queda mucho camino por recorrer para volver a la normalidad.

Especialmente acuciante resulta la situación de las 52.500 familias donde ninguno de sus miembros mayores de edad logra encontrar trabajo, sólo 6.500 menos que hace un año. En muchas de ellas, además, se trata de un problema que se prolonga en el tiempo, lo que lleva a que se agoten las prestaciones por desempleo y los subsidios. Así, en 45.100 hogares de la provincia carecen por completo de ingresos, lo que supone 900 menos que en el trimestre anterior, pero 11.700 más que en las mismas fechas de 2017, según las mismas fuentes, lo que apunta a una cronificación de las bolsas de pobreza que se generaron en la crisis.

La intención que ha anunciado el Gobierno de recuperar el subsidio para mayores de 52 años -que el PP retrasó hasta los 55- podría aliviar algo el problema, ya que suelen ser los trabajadores de edad más avanzada los que mayores problemas tienen para reincorporarse al mercado laboral una vez que pierden su empleo, lo que condena a muchos al paro de larga duración y estas situación de pobreza.

Menos tiempo parcial

Por otro lado, en la parte positiva de los datos de la EPA destaca que empieza a reducirse el número de trabajadores de la provincia que tiene un empleo a tiempo parcial -una situación que en la mayoría de los casos es involuntaria-, mientras que aumentan los que logran un empleo a jornada completa. Al cierre del segundo semestre eran 117.800 los alicantinos que tenían un empleo por horas o de media jornada, 6.800 menos que en el trimestre anterior y 24.600 menos que hace un año. Por el contrario, la cifra de trabajadores a tiempo completo se ha incrementado en 33.700 en los últimos doce meses, hasta alcanzar los 630.000. Unos datos que podrían indicar cierta mejora en la calidad del empleo que se crea en la provincia, en los últimos años lastrado por el abuso de este tipo de contratación.