La oleada de apoyos que han recibido los trabajadores por parte de toda clase de instituciones empresariales, sociales o políticas no ha conseguido hasta el momento torcer ni un ápice la voluntad de la nueva embotelladora única de Coca-Cola -Coca-Cola Iberian Partners-, que ayer mismo volvió a rechazar cualquier posibilidad de mantener abierta la planta de Alicante a pesar del ofrecimiento de colaboración del Consell, que se comprometió a «apoyar a la compañía» en todo lo necesario si daba marcha atrás. La firma también volvió a rechazar la retirada del ERE, que afectará a 1.253 trabajadores en toda España y 110 en la provincia, tal y como exigen los sindicatos como paso previo para entablar una negociación sin la presión de los plazos que marca esta figura legal y que fija el próximo día 21 como fecha límite para alcanzar un acuerdo.

Varios directivos de la embotelladora se desplazaron ayer desde Madrid para mantener un encuentro con el conseller de Industria, Máximo Buch, después de las peticiones de la plantilla para que mediara en el conflicto. Buch transmitió a la compañía «la firme oposición de la Generalitat al cierre de la factoría de Alicante así como su disposición a colaborar para buscar soluciones alternativas» a esta decisión, según apuntó el propio conseller tras el encuentro. Sin embargo, la respuesta de los ejecutivos de Coca-Cola Iberian Partners fue la misma que vienen repitiendo desde que a principios de este mes anunciaron su plan industrial: que la decisión de cerrar la planta estaba tomada -al igual que ocurre con las de Fuenlabrada, Palma de Mallorca y Asturias- y que no estaban «en condiciones de comprometerse a evitarlo», según el relato de Buch.

También insistieron en que se han propuesto medidas paliativas como prejubilaciones y traslados y recordaron que la planta de Valencia verá aumentada su producción, por lo que, en realidad, la compañía incluso incrementará su actividad en la Comunidad Valenciana con la reestructuración, siempre según el relato del titular autonómico de Industria. Sin embargo, Máximo Buch quiso dejar claro que la posición de la Generalitat es «evitar el cierre de la planta» de Alicante y que ésa será su opción prioritaria sobre otras posibilidades, para lo que reiteró su «apoyo» a la compañía si rectifica. Ambas partes se comprometieron a seguir en contacto.

Mientras esto tenía lugar en Valencia, en Alicante los grupos de la Diputación Provincial pactaron una declaración de apoyo institucional a los trabajadores, que se suma a las que ya han realizado el Ayuntamiento de la ciudad, las principales organizaciones empresariales y también colectivos vecinales y festeros. En el texto, el pleno de la Diputación se emplaza a la compañía a mantener la actividad de la fábrica de la carretera de Ocaña y piden a la Generalitat y al Gobierno central que se impliquen en el conflicto e insten a la compañía «a buscar alternativas que no impliquen el cierre», informa A. Fernández. También el diputado de IU Ricardo Sixto anunció ayer la presentación de una proposición no de ley en el Congreso de los Diputados.

Fracaso negociador

En Madrid, la nueva reunión entre la dirección y los sindicatos para negociar el ERE se saldó con un nuevo fracaso, aunque en esta ocasión ninguna de las partes abandonó el encuentro antes de tiempo, como había ocurrido en las dos citas anteriores. Eso sí, todos coincidieron en que no hubo «ningún avance significativo». La empresa pidió a la parte laboral que le dejase explicar los motivos que le han llevado a la presentación del ERE en un intento de convencer a los sindicatos de su necesidad, una estrategia que sólo consiguió que los representantes de los trabajadores salieran de la reunión aún más decididos a exigir su retirada ya que consideran que las esgrimidas necesidades productivas y de organización no justifican en ningún caso una medida tan traumática como la supresión de 1.250 trabajadores y el cierre de cuatro de las 11 factorías.

«Por si teníamos alguna duda, nos quedó claro que el único motivo es que quieren ganar más dinero del que ya ganan, que es mucho», señaló el secretario general de FITAG-UGT en l'Alacantí, Joaquín Gil, tras la reunión. Por su parte la empresa valoró «positivamente la reunión» porque, al menos, «ha permitido regresar a la senda de un diálogo responsable en la mesa de negociación».