El Ayuntamiento de Polop de la Marina se ha puesto manos a la obra para intentar recuperar uno de los grandes reclamos turísticos del municipio: la vía ferrata del Ponoig, una de las más atractivas entre los aficionados a la montaña y que desde hace algo más de un año está totalmente inutilizable. La instalación tuvo que ser clausurada en abril de 2016 debido a distintas carencias de seguridad y, desde entonces, había sido imposible poder solventarlas por una única razón: la falta de homologación de dicha ferrata y su autorización por parte de Medio Ambiente. Pero la voluntad del Consistorio es que esta situación tenga los días contados.
El alcalde de la localidad, el socialista Gabriel Fernández, avanzó ayer que el Ayuntamiento va a contratar a un técnico externo para que emita los informes pertinentes para homologar esta instalación. El primer edil aseguró que la Conselleria ya concedido la autorización necesaria y, una vez que el técnico elabore los estudios requeridos, se procederá a la sustitución del cable de acero de la vía ferrata, que se encuentra totalmente oxidado y hace imposible poder utilizarlo para trepar peldaños arriba. Fernández estimó que todos estos trámites podrán estar realizados en «cuestión de semanas» para, si no ocurre ningún contratiempo, poder reabrir la ferrata a lo largo del próximo mes de julio.
Aunque todavía no está cerrado el gasto que todas estas actuaciones podrían comportar para las arcas municipales, el alcalde polopino avanzó que el coste total no superará los 6.000 euros. Asimismo, explicó que el Consistorio está también negociando con las compañías aseguradoras, para que la reapertura de la ferrata no suponga un incremento en el precio del seguro de responsabilidad civil que tiene el Ayuntamiento con carácter general para todo su patrimonio y que, hasta que fue precintada, también incluía cualquier incidente que tuviera lugar en esta instalación.
Motivos que la hacen única
El monte Ponoig es uno de los más aclamados entre los aficionados a la escalada, junto al Peñón de Ifach o el Puig Campana, debido a su configuración. La vía ferrata se instaló en el año 2006, promovida por la Agencia Valenciana de Turismo, el Ayuntamiento y el club local de escalada y, al principio, generó muchos recelos entre los escaladores experimentados, al abrir la puerta al Ponoig a gente con mucha menor experiencia para ascender por sus paredes.
Ente las características que hacen a esta ferrata prácticamente única en España están su longitud -250 metros- y el hecho de ascender prácticamente en su totalidad por una parte vertical.
El alcalde afirmó que en pequeños municipios como Polop -que cuenta con poco más de 4.000 habitantes-, «a caballo entre la playa y la montaña, cualquier recurso para atraer público es bueno», a lo que agregó que, desde que la vía fue precintada, «en el pueblo se ha notado, porque la escalada es una de las pocas fuentes de ingresos externas que tenemos».
