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A vueltas con el modelo Benidorm

Residentes y turistas no se ponen de acuerdo sobre el debate abierto por el PSOE, y aceptado por el PP, sobre la oferta del «todo incluido» en hoteles, al igual que partidos políticos

A vueltas con el modelo Benidorm

¿Aprueba Benidorm el turismo que recibe? El debate sobre si la ciudad debería cambiar su modelo de oferta turística se ha abierto recientemente, a raíz de la moción que el Partido Socialista ha propuesto al pleno para frenar la proliferación del «todo incluido» en los hoteles.

Hasta que esa cita se celebre, el debate se ha trasladado a la calle. Y por lo que parece, no sólo hay controversia entre hoteleros y comerciantes, también hay disparidad de opiniones entre vecinos y foráneos, sobre qué asignaturas pendientes tiene la ciudad en materia turística.

Por un lado, trabajadores de Benidorm sí encuentran necesario garantizar un turismo de calidad, sobre todo entre los empleados de comercios como Manoli, dependienta de una joyería del centro. Ella considera que el turismo ha cambiado «a peor» en los últimos años y está repercutiendo gravemente en la economía de los negocios. «Hay mucho turista, pero no hay dinero, por lo menos a este tipo de comercio no entra», asegura. De la misma opinión es Pilar, comerciante y residente durante buena parte del año en Benidorm: «tenemos un apartamento en la zona guiri y muchos días nos encontramos a turistas borrachos, tirados en la calle. Es una pena», relata.

La idea elevar el perfil del turista no es compartida por María del Pilar, jubilada, o Amador, conductor en Bilbao, que pasa aquí sus vacaciones. Ambos consideran que el encanto de Benidorm reside en su diversidad. «Es justo que haya una oferta para todos los bolsillos», reivindica Amador, mientras que María del Pilar recuerda que Benidorm no sería lo que es hoy sin ese tipo de turismo.

Por su parte, la patronal hotelera Hosbec, no identifica el problema en el «todo incluido» -que según sus cálculos sólo ofrece el 20 por ciento de la planta hotelera-, sino en los alquileres turísticos ilegales. Una idea que se opone directamente con hosteleros y comerciantes, quienes señalan el incremento de esta tendencia de mercado, con una bajada del número y del perfil de sus clientes. Las asociaciones Aico, Abreca y Ociobal ya han alertado, de forma unánime, sobre el peligro que la proliferación del «todo incluido» puede traer a la economía de la ciudad.

Mientras que Hosbec insiste en que «Benidorm no puede luchar contra los mercados y la demanda». Algo en lo que coincide con el grupo municipal Ciudadanos. «No estamos convencidos con el «todo incluido» porque restringe la opción turística que ofrece la ciudad, pero por otro lado, no se pueden limitar las decisiones de la empresa privada», razonan desde Ciudadanos, y proponen: «no hablemos de "todo incluido", hablemos del modelo de ciudad que queremos». Según la opinión de este grupo, para recuperar el turista medio-alto hay trabajar adaptando la ciudad para atraerlo, así como consensuando «una política turística común».

Para la Liberal Gema Amor, anterior edil de Turismo, «es un brindis al sol» el llevar a pleno este debate, y una «temeridad e irresponsabilidad» por parte del grupo municipal socialista.

Según Amor, todos esos asuntos hay que tratarlos pero «corresponde hacerlo en el seno de la Fundación Turismo Benidorm y no en un momento como este, en plena temporada estival, cuando cabe el riesgo de que se potencie a nivel nacional la imagen de turismo barato». «Tenemos que ser mucho más serios con el sector del que vivimos todos», subraya.

Desde el grupo municipal Compromís-Los Verdes, consideran que el turismo debe «evolucionar» y caminar hacia un modelo «diversificado y comarcalizado». Sí encuentran la tendencia de «todo incluido» un obstáculo que pueda representar un problema en el futuro, a medida que vaya creciendo, pero la pregunta clave, dicen, es saber cómo controlarlo.

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