Emergencia social en toda regla. Las peticiones de ayuda a Cáritas y Cruz Roja se han duplicado en la provincia, mientras que el Banco de Alimentos ha incrementado su reparto entre un 20 y un 30% los últimos días para llegar a más personas en riesgo de exclusión.

El prolongamiento del confinamiento y sus consecuencias económicas empiezan a pasar factura. Las principales ONG que prestan su apoyo a los que peor lo pasan en esta crisis notan ya la incorporación de personas que hasta ahora se podían mantener por sí mismos sin necesidad de pedir ayuda. Son fundamentalmente personas que trabajaban en la economía sumergida y ahora están parados y sin recibir ningún tipo de prestación, así como vendedores ambulantes y familias afectadas, a veces padre y madre, por un Erte o un despido.

Cáritas y Cruz Roja están también redoblando sus esfuerzos para dar respuesta a la situación en coordinación con los servicios sociales de los ayuntamientos, al igual que el Banco de Alimentos.

En el caso de Cruz Roja, la entidad ya prestaba apoyo a 29.248 personas en la provincia, mientras que ahora suma 11.304 dentro del programa Responde, creado con motivo de la pandemia. Se trata de ayuda de todo tipo, desde la teleasistencia hasta llevar la compra o los medicamentos a personas mayores o enfermas, atención telefónica y asistencia psicosocial.

La atención se ha incrementado más de un 40% en el acumulado entre el 14 de marzo y el 14 de abril. En el caso de las entregas de productos de primera necesidad - alimentación, medicinas, productos infantiles- en este periodo han sumado a 2.126 beneficiarios y siguen prestando el mismo servicio a otras 7.470 personas. En función de los casos son ellos quienes las acercan a las casas o realizan repartos diarios en distintos puntos de la provincia.

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Más de 600 menús diarios para familias necesitadas

En Cáritas tampoco paran. Y eso que como Cruz Roja se han tenido que reinventar para seguir prestando ayuda en pleno estado de alarma.

«Tenemos diferentes líneas de ayuda. En el caso de la entrega de alimentos hay parroquias que continúan abiertas y siguen prestando el servicio con todas las medidas de protección e higiene y otras reparten ahora más productos pero en vez de para quince días con la idea de que sea suficiente para pasar el mes», explican desde la organización.

También han habilitado una línea de teléfono gratuita para evitar que alguien pueda quedarse sin respuesta. Precisamente en esta línea para pedir ayuda, abierta al poco de decretarse el estado de alarma, al principio recibían unas 50 llamadas de solicitantes y ahora el teléfono suena entre 100 y 150 veces. Estos sólo en Alicante capital, pero algo similar ocurre en el resto de la provincia. A través de esta llamada les llegan productos de primera necesidad, pero la ONG también realiza transferencias económicas según los casos para que sean ellos quienes puedan ir a hacer la compra al supermercado.

«Esto no ha hecho más que empezar. Aunque se levante el estado de alarma la situación de estas personas no va a volver a la normalidad de antes del coronavirus y vamos a seguir acompañándoles», advierten. En Cáritas necesitan más voluntarios, que se pueden apuntar en secretaria@caritasoa.org.

El director del Banco de Alimentos, Juan Vicente Peral, señala que «hemos reabierto puntos de reparto que permanecían cerrados gracias a los voluntarios» y como los demás, ha notado un incremento de solicitudes a medida que avanzaban las semanas.

Peral destacó además la «gran respuesta solidaria de la sociedad tanto a nivel personal como de las empresas. Estoy gratamente sorprendido porque muchas se están volcando en esta difícil situación».