Más de 600 menús diarios reparten cada día a familias que viven en distintos barrios de Alicante un grupo de voluntarios que tuvo su germen en los primeros días de la pandemia en el barrio de San Blas. Por entonces, nació una red impulsada por la joven Patricia González que se empezó a mover con un puñado de colaboradores para ayudar a personas mayores a hacer la compra, buscarles los medicamentos a la farmacia o bajarles la basura, que hoy se ha convertido en un grupo de cerca de 70 personas que auxilian a personas necesitadas de media ciudad.

Aunque también mantienen su espíritu inicial para evitar que los más vulnerables se expongan al coronavirus, la función de estos voluntarios ha variado para adaptarse a las necesidades, y ahora se encargan del reparto de los menús que cocinan empresas en una nave con alimentos donados por diversas cadenas de supermercados y empresas de varios sectores. Una vez preparada la comida, se lleva a San Blas, desde donde se distribuye también en otros barrios, entre ellos Carolinas, Colonia Requena, Benalúa, Virgen del Remedio, Villafranqueza y Mil Viviendas.

Los menús se entregan a domicilio los lunes y miércoles a la hora de comer entre familias; los martes y jueves también en hospitales; mientras que los viernes se dan cenas a personas necesitadas.

Este grupo, llamado de Voluntarios de San Blas, se ha integrado en el denominado Banco de Cuidados, una entidad de la que forman parte diversas asociaciones y voluntarios, donde hay asistentes sociales que realizan la valoración de las necesidades de las familias, para evitar duplicidades y picarescas, como explica Patricia González. También han repartido casi trescientas viseras de protección. Utilizan la red social de Instagram como @voluntariosdesanblas con las etiquetas #voluntariosdesanblas y #Alicantenoestasola.