Alicante se ha sumado hoy al minuto de silencio como muestra de repulsa por el asesinato el pasado lunes de una mujer, de 34 años, en Moraira-Teulada. Este mediodía se han sucedido actos de repulsa tanto en el Ayuntamiento de Alicante como a las puertas de la Subdelegación del Gobierno y en la Autoridad Portuaria. Este asesinato ha sido el primero por violencia machista en la Comunidad Valenciana en este 2020.

La vicealcaldesa de Alicante, Mari Carmen Sánchez, ha reseñado que las instituciones deben "implicarse cada vez más". Sobre todo, ha añadido, "desde la base". "Desde los más pequeños, para ir poniendo un dique de contención a esta enfermedad social como es la violencia de género. Así, en un futuro, evitaremos tener que seguir sumando años tan negros como ha comenzado éste. Además, hay que ser totalmente intolerantes -ha proseguido la vicealcaldesa- ante cualquier duda o sospecha sobre este tipo de situaciones. Animo a denunciar para evitar que las víctimas queden en silencio y que se pongan en marcha todos los mecanismos de que disponemos las administraciones para impedir que las cifras derivadas de esta lacra social sigan en aumento", ha concluido la número dos del Ayuntamiento de Alicante.

Igualmente, la Autoridad Portuaria de Alicante y Capitanía Marítima también han guardado un minuto de silencio en repulsa por el crimen de Moraira.

Primera víctima de la violencia machista en 2020

La mujer encontrada degollada a primera hora del lunes en un contenedor de basuras de una urbanización de Moraira tenía 34 años, se llamaba Alina Mocanu, era madre de un hijo de 14 años y el domingo por la noche fue asesinada con un cuchillo por su pareja, Arthur K., holandés, de 59 años y dueño de una inmobiliaria. Es la primera víctima de la violencia machista de 2020 en la Comunidad Valenciana. Su presunto asesino, con quien llevaba conviviendo desde hacía algo más de dos años, se entregó poco antes de las 12.30 horas del martes en el cuartel de Moraira, donde residían ambos, y confesó el crimen. Se justificó. Dijo que fue durante una discusión.

Para entonces, los agentes del grupo de Homicidios de la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante ya estaban a punto de ir a detenerlo como principal sospechoso, después de haber llegado hasta él gracias a la identificación de la víctima. Ponerle nombre y apellido a Alina Mocanu, natural de Rumanía, permitió a los agentes averiguar que, en julio pasado, su compañero sentimental había terminado pasando una noche en el calabozo tras ser detenido por violencia de género. Sin embargo, un juzgado de Benidorm los absolvería días más tarde.

Según las fuentes consultadas por este diario, fue un vecino del rellano donde vivía la pareja quien llamó el verano pasado al 112 alertando de que una mujer pedía desesperada y a gritos que alguien llamase a la policía. Él lo hizo. Acudieron patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil de Moraira. La víctima, con una fuerte dependencia emocional de su verdugo, renunció a secundar la intervención policial y no quiso contar qué había sucedido. Aún así, explican fuentes del entorno judicial, el juzgado dictó una orden de protección que implicaba, entre otras cosas, el alejamiento del acusado y las diligencias fueron elevadas a urgentes. El procedimiento judicial, sin embargo, acabó en una sentencia absolutoria, sin que las fuentes consultadas ayer pudieran aclarar por qué se llegó a ese fallo en el juzgado de Benidorm que vio el caso.