El Ministerio para la Transición Ecológica tiene aún pendiente la licitación del proyecto para interconectar las desaladoras de Torrevieja, Valdelentisco y Águilas, entre ellas, y con el canal del postrasvase Tajo-Segura en Ojós. Un proyecto anunciado hace ya cuatro meses como la iniciativa para garantizar, según el Gobierno, el riego agrícola los 365 días del año. Regadío que, no obstante, será más caro al mezclar agua desalada a 0,60 euros/m3 con la del trasvase (0,12 euros/m3).
Una actuación en la que se invertirán 150 millones de euros para lograr, así, una mayor equidad en el reparto del agua desalada, que no tendrá que se utilizada exclusivamente por los regantes del trasvase. El agua desalada se mezclará con la de los ríos Tajo y Segura, lo que no afectará a la calidad global del recurso pero sí al precio.
El retraso coincide con la polémica abierta desde hace un semana en el sector agrícola de la provincia tras conocerse la intención de la Confederación Hidrográfica del Tajo de elevar el caudal del río, lo que, de consumarse, cerrará el trasvase de agua para todos los usos durante seis meses al año. Ademas, la desaladora de Torrevieja sigue sin la conexión con las comunidades de regantes, que no pueden captar ese año.
Y todo en un mes en el que en los pantanos de Entrepeñas y Buendía hay embalsados 628 hm3, por lo que por ley se puedan enviar hasta 20 hm3 a Alicante y Murcia. Faltan además por llegar otros 50 hm3 de los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero.
Los agricultores no reciben gratis el agua del Tajo. Desde que se inauguró el trasvase han pagado ya más de 500 millones de euros en compensaciones ambientales para que se inviertan en Castilla-La Mancha y Madrid. Comunidades autónomas que en el nuevo escenario tienen reservados 160 hm3 de agua para abastecimiento urbano desde el mismo «grifo» que Alicante y Murcia.
Alicante se juega más de mil millones de euros al año que factura la producción hortofrutícola que depende del trasvase. El agua del Tajo es irrenunciable y, por lo tanto, no se puede sustituir hoy por la desalada, seis veces más cara. Algo que tiene con la mosca tras la oreja a un sector importante de los regantes alicantinos. Ángel Urbina, presidente de la SAT San Enrique y portavoz de la comisión técnica del agua de la Diputación denuncia que «la hoja de ruta está cada día clara. Siguen el guión de la ministra Narbona: agua desalada por la del trasvase. Ni tiene la calidad de la del Tajo ni la podemos pagar».
Por otro lado, los embalses de la cuenca del Júcar han aumentado sus reservas de agua en la última semana en 133 hm3 hasta alcanzar el 45,5% de su capacidad, 4,7 puntos porcentuales más que hace siete días, mientras que los embalses del Segura han incrementado sus reservas en 33 hm3 hasta el 38% de su capacidad, 2,9 puntos más que la semana pasada. Los 1.294 hm3 que acumulan actualmente en los embalses del Júcar superan los 1.199 hm3 de hace un año pero están por debajo de los 1.383 hm3 de media de los últimos diez años.
Por otro lado, los 433 hm3 que almacenan los embalses del Segura superan los 291 hm3 de hace un año pero están por debajo de los 522 hm3 de media de los últimos diez años.
Los embalses peninsulares han incrementado su reserva de agua en un 1,5% en los últimos siete días, y acumulan ya 32.760 hectómetros cúbicos, lo que representa el 58,9% de su capacidad total.
Todas las cuencas se encuentran por encima del 50%, salvo las del Guadiana, Guadalquivir, Júcar y Segura, y entre todas ellas destacan la de Galicia Costa, Cuencas internas del País Vasco y Cuencas internas de Cataluña con niveles superiores al 90%.
Los pantanos de la cuenca del Ebro cuentan con 7.642 hm3 (81%) y los del Tajo un total de 11.056 hm3, al 53% de su capacidad.
