El área entre la Explanada, la Rambla y las calles Gerona y Castaños es la más «crítica» ante la presión turística que se ha redoblado con el auge de los pisos vacacionales, una saturación que ya afecta a la vida de los residentes, con cambios en el modelo de restauración y comercio. Por tanto, se añade a los problemas derivados del ocio nocturno la presión de los apartamentos turísticos. Así lo ponen de manifiesto urbanistas y expertos en turismo, que reclaman a las autoridades un diagnóstico sobre esta transformación y un mayor control sobre el modelo vacacional. Como aspecto positivo de este fenómeno, destaca el hecho de que una treintena de edificios céntricos envejecidos, con riesgo de derrumbe y algunos con okupas han sido restaurados para convertirlos en bloques de apartamentos.
En apenas 30 calles del centro de Alicante se ofertan mas de siete mil plazas vacacionales entre hoteles y pisos turísticos, lo que está creando una especie de «parque temático» con negocios enfocados al turismo que expulsa a los vecinos. El Ayuntamiento de Alicante dispone de un informe realizado en el marco de los estudios de peatonalización del centro que alerta de los procesos de «gentrificación», es decir, de expulsión de los residentes, así como del aumento de forma incontrolada del uso turístico y el ocio nocturno, y de la aparición de comercios de ocio, restauración y franquicias que se asocian al nuevo modelo turístico.
Desarraigo
El ingeniero y urbanista José María Navarro Vera, experto en ordenación del Territorio, pone el acento en la problemática de la presión turística sobre la población que vive en el centro, en especial en la zona más próxima a la fachada marítima. Considera que faltan estudios de cómo se va despoblando el centro de Alicante de población autóctona pero, como residente en el centro, es testigo en primera persona de cómo está cambiando el paisaje humano. «Los apartamentos turísticos tienen una incidencia en el arraigo de las ciudades. Se produce desarraigo. Van desapareciendo residentes, porque cada semana tienes unos vecinos diferentes, y esto influye en una reducción de viviendas y de locales comerciales», sostiene.
Armando Ortuño, profesor del Instituto de Investigaciones Turísticas de la Universidad de Alicante, apunta que uno de los inconvenientes que está trayendo este nuevo modelo de negocio son, además de los problemas vecinales y la expulsión de residentes del centro, el incremento del precio del alquiler convencional, la estandarización de la actividad comercial con la implantación de franquicias y cadenas comerciales, y la pérdida del comercio tradicional que da arraigo.
Por contra, señala que puede tener como efecto positivo un incremento del empleo aún por cuantificar y la rehabilitación de edificios que está trayendo consigo esta implantación de nuevos apartamentos turísticos. En Alicante han sido reformados con este fin 29 inmuebles antiguos de la zona céntrica, señala el presidente de la Asociación de Empresas Gestoras de Bloques y Viviendas Turísticas de Alicante (ABTA), Alfredo García.
Según este colectivo, en el centro de Alicante hay 409 apartamentos turísticos registrados. La mayoría ocupan bloques completos, ya que su plan especial habilita la actividad de alojamiento turístico en edificio exclusivo. Esta asociación gestiona bloques enteros e inmuebles en los que la vivienda vacacional ocupa más del 50% de la edificación.
La asociación ha comenzado a facilitar datos sobre las viviendas turísticas que tienen registradas al Ayuntamiento, a petición de la Concejalía de Turismo. García afirma que llevan tiempo pidiendo a la administración estudios sobre el hospedaje en Alicante, «ciudad con un enorme potencial de alojamiento en bloques de apartamentos y hoteles. Los hay que actúan de forma clandestina, al margen de los registros, sabemos que existen y están funcionando al margen de cualquier control administrativo».
La Asociación Provincial de Hoteles considera que esta economía es imparable y que la oferta debe incorporarse como apartamentos reglados. «Llevamos mucho tiempo peleando con mucha legislación para intentar garantizar la seguridad del cliente. Sin embargo, las plataformas dan la posibilidad de que cualquiera se convierta en actor turístico sin ninguna garantía. No pensamos que sea una amenaza tanto para el sector hostelero como al destino turístico», señala Pablo Guzmán, secretario general de la entidad.
La asociación de vecinos denuncia que caminar por las calles peatonales del centro es a veces imposible y que un barrio sin residentes se convierte en fantasma, mientras los comerciantes comparten la preocupación por la marcha de vecinos a causa también del encarecimiento de los alquileres.
