Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el equipo de gobierno popular en el Ayuntamiento de Alicante sigue rescatando proyectos que no culminará, al menos este mandato, por la inminente cita con las urnas. A la auditoría económica de la contrata de limpieza acordada anteayer y a la ordenanza del ruido desempolvada a última hora suma un proyecto para peatonalizar el centro de la ciudad que tampoco terminará porque los trabajos previos se irán hasta el mes de mayo.
El estudio para crear un itinerario sin tráfico que afecta a la avenida de la Constitución, Bailén, Castaños y la plaza de Gabriel Miró se inició en noviembre con un plazo de seis meses para culminar los trabajos. Lo realiza la empresa «Peatonalización Alicante Centro Comercial UTE», con 72.600 euros de presupuesto.
Ahora se abre a la participación ciudadana para que, a lo largo de los próximos 20 días, vecinos, comerciantes, empresarios y representantes de entidades y asociaciones hagan sus aportaciones, mediante correo electrónico, al documento, que se colgará en la web municipal. A continuación se redactará el documento definitivo, que se deja «en herencia» a la próxima Corporación: si es del mismo signo puede que culmine el proyecto, o no; y si es del bando contrario, lo más probable es que acabe en el cubo de la basura. Es lo que suele ocurrir cuando el que gana en las urnas está en las antípodas políticas del que le precede.
Desde la época en que Sonia Castedo era alcaldesa de Alicante se habla de la peatonalización del centro de Alicante. La exregidora apostó incluso por retirar el tráfico de Maisonnave, una medida que, pese a tener otra ideología, recuperó el socialista Gabriel Echávarri, que quería hacerla efectiva antes de que acabara este mandato. Tras varias pruebas de cierre a la circulación los domingos, se diluyó con su dimisión. Y curiosamente quedó descartada definitivamente por el actual alcalde popular, Luis Barcala.
Durante el gobierno de izquierdas se cerró al tráfico un tramo de la avenida de la Constitución, pero el PP decidió reabrir la avenida cuando recuperó el gobierno al considerarlo un parche. Ahora acaban cuatro años de distintos gobiernos municipales sin que se haya avanzado un ápice en la peatonalización del Centro Tradicional, largamente reclamada por los vecinos y por los comerciantes.
Del impulso a la peatonalización del eje Constitución-Gabriel Miró se habló durante el mes de agosto pasado, como primera línea estratégica a seguir dentro del Plan de Movilidad Urbana Sostenible relativa al peatón. Sin embargo, estamos en marzo y es ahora cuando se da voz a los colectivos para que hagan sus aportaciones, con los plazos tan justos que se solapan con las elecciones.
El eterno debate de la peatonalización (y despeatonalización) ha tenido muchos vaivenes y episodios tan polémicos como el de 2010, cuando el entonces concejal de Tráfico, Juan Seva (PP), proyectó la reapertura al tráfico del lateral de la Explanada entre la plaza del Mar y la Rambla, lo que suponía que dejaría de ser peatonal tras 23 años. La propuesta, que partió de un concejal del gobierno de Castedo, provocó una enorme contestación y no se llevó a cabo.
El PP actual defiende la medida. El concejal de Transportes, José Ramón González, que junto a la edil de Urbanismo, Mari Carmen de España, se reunió ayer con la UTE que hace el proyecto, señaló que se trata de obtener una metodología clara de cara a la ordenación del espacio público y del tráfico para interconectar los flujos peatonales, «sin improvisaciones como hizo el anterior equipo de gobierno del PSOE», en alusión al corte parcial de Constitución.
