Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Y recogida de basuras

El Ayuntamiento encarga una auditoría sobre el gasto en limpieza y recogida de basuras

El interventor supervisará el informe económico que evaluará la contrata más cara que pagan las arcas municipales

Limpieza y baldeo en Alicante después de Hogueras. PILAR CORTÉS

El Ayuntamiento de Alicante encargará una auditoría económica sobre el gasto en limpieza y recogida de basuras, que cuesta en torno a 36 millones de euros anuales a las arcas municipales. Pese a ser el servicio más caro que se paga, las quejas sobre el aspecto sucio de la ciudad han sido una constante durante todo el mandato, con la crisis de las ratas del verano de 2016 y el aluvión de quejas en portales turísticos que hicieron temblar al de por sí inestable tripartito que gobernaba entonces. En el verano de 2021 expirará esta contrata millonaria, que presta una UTE participada por el empresario Enrique Ortiz.

El equipo de gobierno popular seguirá las indicaciones del interventor municipal para realizar la auditoría económica de 2019 (y de futuros ejercicios) sacando a licitación una asistencia técnica externa por 14.000 euros para redactar un pliego (y contratar la auditoría) que defina el alcance del control económico de un servicio que cuesta 4.000 euros cada hora a los alicantinos.

El concejal de Limpieza, el popular Israel Cortés, que convocó para ayer la comisión de Limpieza reclamada desde hace siete meses por la oposición en bloque, culpó de la falta de una auditoría económica de la contrata más cara al tripartito. «Es una situación heredada, que ahora hemos desbloqueado para que se empiece a auditar desde este ejercicio», afirmó.

A dos meses de que acabe el mandato, el equipo de gobierno ha dispuesto una partida de 100.000 euros en el presupuesto de 2019 para encargar estudios técnicos de cara «al seguimiento y mejora de la gestión de la contrata de limpieza», entre ellos uno de calidad para analizar los recursos disponibles y los mecanismos de control.

Con ello, el PP asegura que pretende mejorar el servicio que se presta y establecer las bases para empezar a preparar el pliego de la nueva contrata antes de que expire la actual dentro de poco más de dos años. Una serie de anuncios, los realizados ayer, que la oposición calibra en tono electoralista dudando además del control efectivo del servicio por parte del equipo de gobierno popular.

Todos los partidos arremetieron además contra el concejal Israel Cortés al considerar que no llevó a la comisión la documentación necesaria, y coincidieron en que tras la comisión de vigilancia del contrato de la limpieza mantienen sus dudas sobre si existe una voluntad real para fiscalizar el grado de cumplimiento que tiene.

Guanyar, que reclama que se municipalice la gestión del servicio de limpieza y recogida de basuras, reclamó que la auditoría que se anuncia a partir de este año sea retroactiva y que se incluyan también 2017 y 2018. Dos años en los que la empresa no hizo auditorías externas, una falta de ejecución que el equipo de gobierno ha optado por deducir del precio del contrato.

Sanción

Ciudadanos abundó en este asunto, criticando que el PP «simplemente le descuente 100.000 euros» a UTE Alicante sin que se interponga sanción alguna. Este grupo, que en los últimos plenos ha sido muy insistente con la necesidad de iniciar ya los trabajos del nuevo pliego del servicio de limpieza al considerar agotado el actual, duda de que a estas alturas del mandato se vaya a ejecutar un estudio sobre la limpieza viaria.

El grupo socialista sostiene que el PP convocó la comisión de limpieza para hacerse la foto y vender humo. Los socialistas afirman que la ciudad está cada vez más sucia, lo mismo que opina Guanyar, que compara además la planta de residuos con un gigantesco vertedero. Y responsabilizan al PP de los problemas de limpieza de la ciudad por ser ellos los que aprobaron esta contrata millonaria.

Compromís habló de tomadura de pelo, arremetiendo contra el equipo de gobierno «porque no hay nada hecho»: ni la auditoría económica, ni el estudio técnico del servicio prestado por la UTE, ni el estado de las inversiones en el centro de tratamiento de residuos, ni el cambio de modelo en la recogida de residuos, enumeraron.

Durante la comisión, el concejal Israel Cortés aseguró que antes de acabar el año se instalarán unos 900 contenedores de recogida de residuos orgánicos, y que se ha modificado la programación de limpieza con más baldeos en los barrios y repaso con barrenderos de calle. También aludió a la instalación de papeleras con ceniceros y al mapa de puntos negros de escombreras que se está elaborando. Nada de esto convenció.

Guanyar realizó numerosas peticiones, entre ellas que se evalúe la situación de la planta de tratamiento de basuras de Fontcalent. También reclamó que se centren los esfuerzos en implantar el sistema de recogida puerta a puerta en barrios y partidas rurales.

Compartir el artículo

stats