«Las empresas de comedores escolares tendrán que garantizar unos servicios mínimos como sucede en cualquier empresa cuando los trabajadores hacen huelga». El director general de Centros en la Conselleria de Educación, Ximo Carrión, se mostró ayer tajante frente a la posibilidad de que puedan quedarse sin comedor alumnos con dificultades sociales y económicas, escolarizados en centros Caes, de actividad educativa singular.
Al no estar tipificado el comedor como servicio esencial, la administración no establece servicios mínimos, pero Carrión sostiene que esa garantía corresponde a las propias empresas de alimentación con las que contrata cada uno de los directores de colegios. «El comedor es esencial, cómo no va a serlo, cada director debe contactar con su empresa de comedor y que garanticen el servicio. En caso de que hubiera problemas deben contactar con esta dirección de Centros», concluye el responsable educativo.
Plan B
Bajo la premisa de que ningún alumno se quede sin comer, y más concretamente en los colegios Caes, porque «para muchos será la única comida caliente que tengan hasta el lunes», como precisa la jefe de estudios del colegio Santísima Faz de Alicante, Elisa Bernabéu, desde los propios colegios afectados tienen previsto un plan B, dado que algunos han recibido circulares de sus respectivas empresas de comedor señalando que no pueden asegurar el servicio, a expensas del número de monitoras que haga huelga, por no ser un «servicio esencial» y «no estar obligados», como concreta la carta a la que ha tenido acceso INFORMACIÓN.
«Nos haremos cargo los maestros», afirmaron ayer en la decena de centros Caes de la ciudad de Alicante consultados por este diario. «Aunque suelen venir menos niños de entrada por la huelga, si hubiera algún problema de comedor lo haremos los profesores», abunda David García desde el Monte Benacantil. «Los que no tienen en casa para comer vienen seguro», concluye Francisco Navarro del Virgen del Remedio.
