Asociaciones y pacientes con anorexia rechazan la alternativa ofrecida por el Hospital de Sant Joan de ingresar en servicios de Psiquiatría tras el cierre a principios de semana y durante todo el mes de agosto de la Unidad de Trastornos Alimentarios del centro sanitario, la única que funciona para toda la provincia de Alicante. Las familias exigen en este sentido que se reabra la unidad y que se le dote de medios y personal suficiente para poder ofrecer un adecuado servicio a las pacientes. Cabe recordar que la dirección del centro sanitario ha ofrecido a las pacientes que quieran reingresar que lo hagan, bien en la planta de hospitalización del servicio de Psiquiatría, en el caso de las adultas, o en la Unidad de Agudos de Psiquiatría Infanto-juvenil de Orihuela para las menores de edad.

«Estamos de acuerdo en que la anorexia es una enfermedad mental, pero las plantas de Psiquiatría no son el mejor lugar para estas chicas, que se encuentran en un momento muy frágil a nivel personal», señala Mercedes Marco, presidenta de la Asociación de Anorexia y Bulimia de Elche (Adabe). En estas plantas de hospitalización, añade Marco, «las pacientes deben convivir con otros enfermos con patologías mentales muy graves y distintas a las que sufren ellas», como esquizofrenia o brotes psicóticos, «lo que puede llevar a un empeoramiento de su situación». La propia hija de Mercedes ha estado ingresada en la unidad de Orihuela, destinada solo a menores, «y ni siquiera ahí reciben la asistencia específica que necesitan, ya que estas pacientes requieren de un control muy exhaustivo por parte de personal específico». La presidenta de esta entidad tampoco cree en este sentido que Pediatría sea el lugar más adecuado para las chicas. «A nivel psiquiátrico no están preparados».

Por eso desde la asociación piden que se reabra la unidad del Hospital de Sant Joan cerrada con motivo de las vacaciones de verano. «Lo ideal es que no cierre en todo el año, que se amplíe y que se hagan tratamientos más integrales, porque no debe estar todo enfocado a la ganancia de peso».

Las pacientes tampoco están de acuerdo con ingresar en las plantas de Psiquiatría. «Tengo amigas que han estado allí y lo han pasado mal porque a veces ni podían salir de sus habitaciones. Estaban rodeadas de personas con problemas mentales muy diferentes a los suyos y nadie controlaba el tema de las comidas», señala Andrea Carratalá.

Al margen de que las camas de ingreso no cierren en ningún momento del año, los profesionales que trabajan en el ámbito de la salud mental piden más recursos para atender a las pacientes con trastornos de la alimentación, como anorexia o bulimia. «Es imperiosamente necesario que se abra un hospital de día para tratar específicamente este tipo de trastornos», señala la psiquiatra María Angustias Oliveras. Esta profesional fue la encargada de poner en marcha en 1998 la Unidad de Trastornos Alimentarios en el Hospital de Sant Joan y piensa que sería necesario poner en marcha una red asistencial ambulatoria y de hospital que ofrezca diferentes tipos de terapias individuales, grupales y familiares. «Hay que ver que subyace debajo de la enfermedad, porque a veces hay problemas de personalidad, asperger o trastornos obsesivos compulsivos que hay que abordar de manera específica».