«Si nos hemos equivocado, aquí estamos para pedir disculpas». Con estas palabras quiso la gerente del Hospital de Sant Joan, Beatriz Massa, dar por zanjada anoche la polémica en la que se ha visto inmerso en los últimos días el centro sanitario a raíz del cierre de la unidad de hospitalización para pacientes con trastornos de la alimentación. Un cierre que trajo aparejado el lunes el alta de golpe de las seis pacientes que estaban ingresadas en esta unidad, la única para toda la provincia de Alicante.

Massa admite que «es difícil de entender» que a las seis pacientes se las enviara a casa de golpe, pero lo justifica «en que afortunadamente las pacientes están en una situación clínica que permite su manejo desde la hospitalización a domicilio». Cabe recordar que todas las pacientes se han marchado a su casa tras firmar un acuerdo terapéutico en el que se detalla la alimentación y el tratamiento farmacológico a seguir y serán atendidas en el hospital una vez a la semana. La gerente sostiene que este planteamiento se ha estado desarrollando durante todo el mes de julio «y ha estado pactado con las familias». Sin embargo, preguntada por las quejas que la decisión ha levantado entre las familias y las reclamaciones que se han puesto en este sentido, la gerente sostiene que solo tiene constancia de una.

Según Massa tiene plena confianza en los profesionales que han tomado esta decisión, aunque admitió en varias ocasiones durante su conversación con este diario que «si nos hemos equivocado, lo asumimos». En este sentido, y a petición de las familias, el centro sanitario está dispuesto a ordenar un reingreso en la planta de Psiquiatría de Sant Joan en el caso de las mayores de edad y en Hospital de Orihuela para las menores, ya que es el único centro sanitario de la provincia que cuenta con camas para ingresar a menores con trastornos mentales.

No obstante, en ningún caso la gerente de Sant Joan se plantea que las menores puedan ser internadas en la planta de Pediatría. «Desde el punto de vista de la Psiquiatría no reúne las condiciones». Massa afirma que no le consta que en anteriores ocasiones las pacientes con anorexia hayan estado en esta planta ingresadas, aunque este periódico ha podido corroborar que sí ha sido así.

Entre las seis pacientes a las que se ha mandado a casa, había chicas que tan solo llevaban dos semanas de tratamiento y en otros casos con índices de masa corporal muy bajos. «No puedo hablar en detalle de los casos porque no es mi área de especialidad, pero confío en la seriedad de los profesionales de la planta». Massa tampoco pudo responder a por qué las unidades de hospitalización de València y Castellón permanecen abiertas. Servicios que además cuentan con el apoyo de sendos centros de día, de los que aquí carecemos.

Respecto a por qué este año la unidad no ha permanecido abierta, teniendo en cuenta que, al contrario de años anteriores, la planta en la que se ubica no ha cerrado, la gerente de Sant Joan señala que era imposible «ya que se están realizando obras en la cuarta planta que han obligado al traslado en bloque de Cardiología, con pacientes de un perfil muy diferente».

Beatriz Massa promete que este será el último año que cierre por vacaciones la unidad de hospitalización para pacientes con anorexia y bulimia. «A partir de octubre, el servicio se trasladará a un área anexa a Pediatría» donde confía en que las pacientes reciban mejor atención.

Desde la asociación Defensor del Paciente tachan la decisión de cerrar la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital de Sant Joan de «barbaridad», en palabras de la presidenta de la entidad, Carmen Flores. Una medida que, a su juicio, pone en riesgo el proceso de recuperación de estas pacientes, «ya que sus padres no pueden estar detrás de ellas segundo a segundo». «La enfermedad no se va de vacaciones», lamenta Flores, quien añade que «un recurso sanitario no puede cerrar en verano como si se tratara de un comercio». La presidenta de la asociación Defensor del Paciente también cree que el número de camas que hay en la provincia para atender a estas chicas, seis, «es claramente insuficiente dada la magnitud que está adquiriendo el problema de la anorexia».

Por su parte, Francisco Pérez, presidente de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) en la Comunidad Valenciana, afirma que el cierre de las camas de la Unidad de Trastornos de la Alimentación no es el único caso de recortes en salud mental en pleno verano. «Se han cerrado también algunas unidades de hospitalización en Psiquiatría debido a la falta de sustituciones del personal en verano».

Una situación que obliga a ingresar a pacientes en hospitales de otras provincias debido a la falta de camas que provocan estos cierres. «Hay pacientes de València que han tenido que ingresar en Elche, Dénia e incluso en Murcia». En este sentido, el verano no es la mejor época para quienes padecen una enfermedad mental. «Con el calor se descompensan mucho. En estos meses hay mucha recaída y mucha urgencia».

El cierre en verano de las camas de hospitalización de la Unidad de Trastornos de la Alimentación también ha generado el rechazo en el equipo de gobierno municipal. La concejal de Sanidad, Marisa Gayo, pide «medidas urgentes» a la Conselleria de Sanidad que palien este cierre.