La Conselleria de Educación quiere estampar su sello político en la planificación escolar del curso que viene, lo que supondrá un vuelco al reparto del alumnado entre los colegios públicos y concertados colegios públicos concertados tal y como se conocía hasta el momento en la Comunidad.
Aunque desde el equipo que dirige Vicent Marzà se asegura que no se puede hablar de retraso en la gestión de dicha planificación, lo cierto es que a estas alturas del año los distintos colectivos educativos, padres, profesores y directores de centros, ya tenían en sus manos la propuesta de distribución de aulas de cara al siguiente curso para estudiar posibles reclamaciones en los primeros días de enero. «No hay ningún retraso, la planificación se presentara en el primer trimestre de 2016», declaran a este diario.
En la recámara de la conselleria, la pretensión de acercar lo más posible dicha decisión al proceso de matrícula escolar, lo que le permitirá ajustar más los datos a la realidad con el padrón como referencia sobre los niños de 3 años que se escolarizarán por primera vez en el año en curso.
En esta planificación se incorporarán, además, los acuerdos políticos de bajar la ratio en las aulas de 3 años y en los primeros cursos de Secundaria y Bachillerato, dato que sin duda se verá reflejado en un significativo cambio en la distribución de aulas por centros. «Todos los centros, públicos y concertados, participarán de la misma planificación», subrayan los responsables.
Esta decisión, ratificada en una enmienda a los presupuestos, provoca inquietud en la patronal de la enseñanza concertada que empieza a ver las orejas al lobo por el temor al progresivo cierre de aulas concertadas. La mayor amenaza la advierten sobre las adheridas más recientemente en los niveles de niños de 3 años y de Bachillerato.
«Está clara la idea de la conselleria porque hay aulas vacías de niños de 3 años en centros públicos y, en lugar de cerrarlas, quitarán líneas a la concertada», sopesa Julia María Llopis, máxima representante de los padres de alumnos de la concertada.
La presidenta del colectivo añade que el concierto de aulas en Bachillerato «apenas va a durar tampoco». Los últimos datos aportados en asamblea general señalan que en los centros públicos de la Comunidad existen un 25% de plazas vacantes «lo que no se solventa únicamente con bajar la ratio, porque tampoco se pueden contratar de golpe muchos más profesores. El mayor daño recaerá, sin duda, en la concertada», lamenta Llopis.
«En las aulas concertadas están matriculados el 27% de los alumnos globalmente y, aunque los cursos no coinciden entre los que están vacíos en la pública y toda la matrícula de la concertada, tengo claro que el último escalón será el concierto», concluye.
