La falta de inversiones y la competencia del tranvía han hundido el uso de los trenes que cercanías que circulan en la provincia. Así se desprende de los datos del último informe del Observatorio del Ferrocarril en España, que toma como fecha de referencia el año 2013 pero cuyos resultados se comenzaron a difundir hace apenas dos meses. Según esta publicación, impulsada desde la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y que cuenta con el respaldo de otras entidades públicas como el Ministerio de Fomento, el núcleo de cercanías de Alicante y Murcia tuvo 4.167.000 viajeros en 2013, casi un 11% menos que el año anterior. Esta caída se produce tras dos años de crecimiento, y supone la menor cifra de pasajeros al menos desde 2009.
El núcleo de cercanías incluye las líneas de Alicante a Murcia y San Vicente del Raspeig, así como de Murcia a Águilas; si se excluye esta última, el descenso de pasajeros es aún mayor. Según publicó hace unas semanas el periódico «La Opinión de Murcia», del mismo grupo editorial que INFORMACIÓN, citando fuentes próximas a Renfe, la merma de viajeros en la línea Alicante-Murcia en el periodo analizado ascendió al 13%, y en la de Murcia a Águilas fue de sólo el 2%. Ante esto, y comparando esos porcentajes con los datos de 2012 desglosados por líneas que la operadora ofreció en su momento a este periódico, puede establecerse que el itinerario entre Alicante y Murcia registró unos 2.658.000 viajeros en 2013, frente a 3.056.000 del año anterior.
Por su parte, la línea a Águilas se quedaría con 1.293.600 viajeros, con lo cual el servicio entre Alicante y San Vicente del Raspeig habría tenido apenas 215.000 usuarios a lo largo de todo 2013. Esto implica una caída del 28% en sólo un año, que deja el descenso medio de las dos líneas que discurren en la provincia en el 14%. En el caso de San Vicente, se explica en muy buena medida por la fortísima competencia que supone el tranvía, unida a la que ya ejercía desde un principio el autobús. El servicio de cercanías cuenta con 16 trenes por sentido de lunes a viernes, y diez los fines de semana, con una frecuencia aproximada de una hora entre semana, y dos horas sábados y domingos, pero sin que la cadencia llegue a ser fija. En cambio, hay un tranvía cada 15 minutos, y autobuses cada diez minutos de lunes a viernes; los sábados la frecuencia es de 14 minutos, y de unos 20 los domingos.
Por ello, el tren no resulta competitivo a pesar de que apenas emplea diez minutos en ir de la estación de Alicante al apeadero de San Vicente del Raspeig. La paralización, por un tiempo indefinido, del proyecto de llevar esta línea hasta Villena supone un lastre enorme. Tal y como se ha publicado en diversas ocasiones, tras la puesta en servicio de la línea de alta velocidad Madrid-Alicante y la consiguiente bajada del tráfico en la línea de ancho convencional hasta La Encina se preveía implantar un servicio de cercanías hasta Villena, acondicionando su estación y las de Sax, Elda y Novelda. Sin embargo, no se ha llevado a cabo y no parece que vaya a darse ningún paso a corto plazo.
En la línea a Murcia, en cambio, puede hablarse de una imagen de obsolescencia que, pese a ser en buena medida un prejuicio, tiene efectos disuasorios sobre los potenciales viajeros. El recorrido es en vía única y sin electrificar, y los trenes que cubren el trayecto tienen más de 30 años de antigüedad. Lo primero no es algo que, en sí mismo, reste eficiencia al servicio, y los trenes tienen un estado y un mantenimiento óptimos. Sin embargo, la sensación de la falta de modernización puede echar atrás a posibles usuarios, junto con la escasez de servicios los fines de semana. Sábados y domingos apenas hay unos 15 trenes por sentido, con frecuencias de paso de hasta dos horas, pese a unir Alicante con Elche y otras localidades importantes.
