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Una línea supeditada al proyecto de alta velocidad

Las inversiones en el trazado convencional a Murcia se ciñen a los puntos afectados por las actuaciones del AVE

La imagen de antigüedad de la línea férrea Alicante-Murcia se debe en buena medida a que apenas se ha intervenido sobre su decimonónico trazado, al margen de los puntos donde, muy recientemente, la vía se ha visto afectada por las obras del tren de alta velocidad a Murcia. En este sentido pueden citarse la nueva estación de San Isidro, que presta también servicio a Albatera y Catral, o el soterramiento y la nueva estación en Orihuela. Sin embargo, persiste esa imagen de obsolescencia y supeditación al futuro AVE.

En realidad, la línea tiene elementos modernos de circulación y seguridad que pasan desapercibidos para la mayoría de viajeros, como el bloqueo automático en vía única, que impide que dos trenes circulen en sentido contrario en un mismo tramo y, a la vez, aumenta la capacidad de tráfico. También es cierto que los trenes empleados, los automotores diésel de la serie 592, pueden alcanzar los 120 kilómetros por hora -o 140, si están reformados- y son conocidos en el ámbito ferroviario por su alta fiabilidad y buenos resultados que vienen dando desde que comenzaron a circular en 1982. Siguen presentes en líneas sin electrificar de toda España, como en la que comunica Alcoy con Xàtiva y Valencia.

Sin embargo, la imagen que más fácilmente puede percibir el viajero es la de estancamiento en el tiempo. Además, la baja frecuencia de trenes es un factor objetivamente negativo, así como la falta de una conexión con el aeropuerto de El Altet, siquiera con un apeadero en la línea actual, que estuviera conectado con la terminal.

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