La puesta en servicio a partir del próximo verano de mil nuevos kilómetros de alta velocidad ferroviaria en España permitirá que Alicante quede conectada en menos de cuatro horas con cuatro nuevas «ciudades AVE» en Castilla-León y, de paso, rebaje el tiempo de viaje en tren con Asturias y Galicia, en concreto 80 minutos, gracias al nuevo enlace Madrid-Zamora que evitará que los Alvia den un rodeo por Olmedo (Valladolid). Renfe podrá, por tanto, programar servicios AVE de Alicante a Zamora, Palencia, Burgos y León, lo que beneficiará tanto a los pasajeros alicantinos como a los turistas que quieran acercarse a la Costa Blanca. Castilla-León es tras Madrid, la segunda autonomía emisora de visitantes.
Los trenes seguirán llegando a la estación-término en superficie, ya que el Ministerio de Fomento no tiene intención de retomar el proyecto de la estación intermodal al menos durante lo que queda de legislatura, e, incluso, la recuperación de esta infraestructura dependerá del interés de la iniciativa privada, algo complicado en el escenario económico actual.
La nueva línea Valladolid-Venta de Baños-Palencia-León, con una longitud de 162,7 kilómetros, está diseñada para la circulación de trenes a una velocidad máxima punta de hasta 350 kilómetros por hora, con vía en ancho estándar e internacional (1.435 mm) y sistema de control de tráfico ERTMS, aunque durante los primeros meses los trenes funcionarán con sistema Asfa, como sucedió en el inicio del corredor Alicante-Albacete.
Los Alvia que cubren el viaje entre Alicante y Castilla-León tardan ahora entre cinco horas y cinco horas y media en recorrer el trayecto vía Madrid con enlaces a Valladolid y Palencia. A partir de la entrada de los nuevos tramos, la reducción en el tiempo de viaje se realizará en el tramo Madrid-Valladolid-León. También habrá reducción del tiempo de viaje en las conexiones con Santander y el País Vasco, aunque para llegar a Bilbao y San Sebastián haya que seguir cambiando de tren y de oferta en Madrid por el retraso que arrastra la llegada del AVE al País Vasco.
A Sevilla, el viernes
La apertura de la exitosa línea de alta velocidad entre Alicante y Madrid ha ido posibilitando nuevos enlaces en AVE y, por ejemplo, ahora mismo hay conexión directa con Albacete, Cuenca, Zaragoza, Huesca y Valladolid. y Renfe programa también, puntualmente, trenes AVE con Sevilla y Córdoba, y extensiones a Málaga y Cádiz, aunque la línea no se ha consolidado todavía pese a su buen nivel de ocupación, sobre todo por la demanda de plazas de los alicantinos, pasajeros que aprovechan el AVE para viajar a Sevilla y Córdoba. La línea estuvo operativa pasada Navidad y arranca de nuevo el próximo viernes con motivo de la Semana Santa. El AVE directo sale de Alicante la las 16 horas y circulará los días 27 -ayer ya no había plazas para la ida- y 29 de marzo, y el 2 y el 6 de abril, parando, además, en Ciudad Real y Puertollano.
Desde su inauguración, el 18 de junio de 2013, la demanda de plazas para viajar en el AVE ha crecido de forma constante hasta alcanzar una ocupación media del 85%. El servicio AVE entre Madrid y Alicante, con paradas intermedias en Villena, Albacete y Cuenca, ha superado en determinados días los 6.000 viajeros e, incluso, ha obligado a Renfe a programar trenes en doble composición, sobre todo durante los fines de semana. La mayoría de los viajeros son turistas que tienen en la Costa Blanca su propia residencia o alicantinos que estudian o trabajan en Madrid.
La única pega la ofrece la estación de Villena, pésimamente comunicada, lo que ha hecho que no convierta, como planeó Fomento, en la estación de referencia para las comarcas del Alto y Medio Vinalopó, l´Alcoià y el Altiplano murciano (Yecla y Jumilla). Por no funcionar, no funcionaron ni los autobuses-lanzadera que Alsa y Renfe pusieron el pasado verano para paliar la negativa del Ayuntamiento de Alicante a autorizar líneas regulares desde la estación.
Por otro lado, Renfe anunció ayer que lanzará en el tercer trimestre de este año un concurso público para contratar el suministro de 40 nuevos trenes que supondrá una inversión de 1.100 millones de euros. Se trata de un «contrato marco» por el que el fabricante o fabricantes que resulten adjudicatarios suministrarán los trenes a Renfe de forma progresiva en el tiempo, en el horizonte de la próxima década. Las entregas se programarán en función de las necesidades de la compañía, de la demanda de viajeros y de la puesta en servicio de nuevas líneas. Renfe prevé incorporar a su flota distintos tipos de trenes, entre los que se incluirán larga distancia y alta velocidad.
