El Ayuntamiento de Alicante ha decidido retirar las populares mascletàs de Hogueras de la plaza de Luceros para evitar mayores daños al monumento. Así lo confirmó ayer el vicealcalde, Andrés Llorens, quien indicó que la decisión se trasladará de inmediato a la Federación de Hogueras para que proponga espacios alternativos donde disparar la pirotecnia de cara a las próximas fiestas. La decisión municipal se ampara en informes técnicos que determinan que, tanto la vibración como la pólvora, resultan letales para el emblemático monumento.

Al respecto, el teniente alcalde de Cultura, Miguel Valor, subraya la «importancia» de trasladar las mascletàs y explica que «la fuerza de la onda expansiva de los espectáculos pirotécnicos se asemeja a la vibración que provocaría el golpear la obra con un mazo de goma de forma repetida», un hecho que, según afirma, está avalado por los informes técnicos.

Según estos estudios, el deterioro progresivo que presenta la escultura se debe tanto a la baja calidad de los materiales como a la oxidación de la estructura de hierro que la conforma. Pero también se han detectado causas externas que han afectado a la escultura. Entre ellas, los técnicos destacan el disparo anual de las mascletàs de Hogueras. Ambos ediles explican que los especialistas les han trasladado que las ondas expansivas de las deflagraciones provocan «microfisuras en la superficie de la obra» y que, además, «la pólvora y sus componentes, como el azufre, reaccionan con el cálcico del monumento generando el denominado 'mal de la piedra'».

Ante la contundencia de los informes técnicos, desde el equipo de gobierno local plantearán el traslado de las mascletàs a la Federación de Hogueras para que «dispongan de tiempo para buscar una ubicación idónea en la que las mascletàs tengan el mismo esplendor y puedan seguir acogiendo al mismo volumen de gente». Llorens incidió en que la postura de los técnicos al respecto es clara y que el Ayuntamiento no puede obviarla.

Llorens explicó que las mascletàs llevan celebrándose en Luceros veinte años de forma ininterrumpida, pero recordó que con anterioridad se dispararon en otras ubicaciones. Así, en 1988 se lanzaron en la Rambla, en 1989 se trasladaron a Alfonso el Sabio, en 1990 se fueron a Luceros y, salvo el paréntesis de 1992 cuando se llevaron al paseo de Campoamor, se han estado disparando allí.

Valor y Llorens explican que hay otras causas externas que «han menoscabado» al monumento, como fueron «las obras subterráneas para el trazado del tranvía». Al respecto, recuerdan que la estación del Tram de Luceros obligó a desmontar el monumento «lo que, sin duda, afectó al mismo», según entienden los técnicos.

Llorens considera que, ante este hecho, el Ayuntamiento ya no puede hacer nada, pero sí puede tomar otras medidas para evitar más agresiones a la fuente, como es el traslado de las mascletàs que recomiendan los técnicos de ambas concejalías.