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Plan de choque en Alcoy contra la procesionaria tras detectar brotes todo el año

La empresa encargada del servicio acaba de pulverizar las copas de los pinos e inyectar los troncos con insecticidas biológicos de baja toxicidad

Un técnico pulverizando la copa de un pino como medida preventiva contra la procesionaria.

El Ayuntamiento de Alcoy ha ampliado las actuaciones contra la procesionaria tras detectar su presencia todo el año. Los técnicos de la empresa que se encarga del servicio han pulverizado estos días las copas de los pinos y han inyectado en los troncos insecticidas biológicos de baja toxicidad para personas y animales.

El control biológico de la procesionaria en el casco urbano de Alcoy es cada vez más intenso y continuo. Según explica el concejal de Obras y Servicio, «hasta hace unos años esta campaña empezaba habitualmente en febrero y marzo», pero los brotes de esta plaga de orugas son de carácter endémico, lo que significa que tienen presencia todo el año, debido a que el clima favorece cada vez más a ello.

En los últimos tiempos las actuaciones para poner freno a la aparición de procesionaria en el casco urbano se han intensificado hasta tal punto que ya se desarrollan durante todo el año. Una muestra de ello es que estos días los técnicos de la empresa que se encarga del servicio han realizado tratamientos preventivos y de control en un total de 29 zonas de la ciudad en la que hay presencia de pinos.

Una de las medidas aplicadas ha consistido, según indica el edil, en la pulverización de las copas de los pinos con un tratamiento insecticida biológico de baja toxicidad para personas, aves y mamíferos, pero «efectivo para el control de la procesionaria».

La endoterapia es otras de las actuaciones realizadas, y consiste en la inyección en el tronco de los pinos de materia activa insecticida para que traspase a las hojas y cuando las orugas se alimenten de ellas mueran.

«Las áreas donde se ha actuado incluyen puntos de gran afluencia de gente, como por ejemplo centros educativos o deportivos», recalca Martínez. Asimismo, el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria han tenido en cuenta «las peticiones de la ciudadanía» a la hora de actuar en determinados puntos del municipio.

En este sentido, los diferentes tratamientos se han aplicado en los colegios San Roque, Santa Ana y San Vicente Paúl, en el Conservatorio de Música y Danza Joan Cantó y en zonas verdes como los parques de Caramanchel, Zona Norte, Cantagallet, Viaducto, Glorieta, Paseo de Cervantes, Romeral y la Colonia de Aviación y la parte baja de los puentes de la Petxina y de San Jorge.

Los polideportivos Francisco Laporta y Caramanchel y las piscinas municipales son los espacios deportivos donde también se ha actuado. A estos cabe sumar las calles Ausiàs March, Isaac Peral y el paso de Benissaidó, la carretera de Banyeres, el camino de la Murtera y dependencias municipales como el depósito de detenidos y el cementerio.

Por último, las actuaciones contra la procesionaria también se han llevado a cabo el otras zonas de la ciudad como Gormaig, el recinto ferial, los alrededores del barrio de la Font Dolça, Mascarella de Ferrán, Pla de la Fábrica, Filà Cordón y Centro de Día de Alzheimer.

Otras medidas

Durante los meses de verano la empresa que se encarga del servicio colocó un total de 34 trampas en diferentes puntos de la ciudad con el objetivo de capturar a los machos. Según los datos facilitados ahora por el área de Obras y Servicios, esta actuación permitió capturar 287 ejemplares, un dato que resulta llamativo si se tiene en cuenta que «por cada macho se evitan entre 500 y 1.000 orugas», lo que supone que «estamos hablando de evitar la presencia de más de 200.000 orugas», insisten.

Propiedades privadas

Pese al esfuerzo municipal para poner freno a esta peligrosa plaga de orugas, las medidas adoptadas sólo abarcan los espacios públicos. El concejal de Obras y Servicios, en este sentido, explica que no disponen de información sobre la eficacia de los tratamientos en las propiedades privadas, por lo que el Consistorio «ha remitido requerimientos a los propietarios para que actúen con celeridad».

La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es el insecto defoliador más importante de los pinares españoles. Las orugas están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que puede provocar irritación en oídos, nariz y garganta en las personas, además de intensas reacciones alérgicas.

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