Hasta 29 zonas repartidas por la ciudad han sido incluidas en la campaña para el control de la procesionaria, campaña que el Ayuntamiento de Alcoy ha querido avanzar a causa del cambio de modelos de temperatura y precipitaciones. Las actuaciones, llevadas a cabo entre los días 3 y 13 del pasado noviembre, fueron realizadas por una empresa especializada en el control de plagas con la cual la administración local tiene subscrito un contrato. El producto biológico empleado destaca por una baja toxicidad para personas, aves y mamíferos, gracias a su poca persistencia en el medio.

El regidor de Medio Ambiente, Jordi Martínez, destaca que la campaña, iniciada habitualmente en febrero o marzo, «se ha avanzado, puesto que la oruga ha bajado de los pinos antes». Las áreas donde se ha actuado incluyen puntos de gran afluencia de gente, como por ejemplo centros educativos o deportivos; además, destaca Martínez, «a la hora de considerar los puntos de actuación se han atendido las peticiones de la ciudadanía».

Entre la casi treintena de zonas se encuentran: los colegios San Roque, Santa Ana, San Vicente Paúl y el Conservatorio de Música y Danza Joan Cantó; zonas verdes como los parques de Caramanxel, de la Zona Norte, de Cantagallet, del Viaducto, la Glorieta, Paseo de Cervantes, la pinada entre el Romeral y la Colonia de Aviación y la parte baja del Puentes de la Petxina y Sant Jordi; centros deportivos como los polideportivos Francisco Laporta, Caramanxel y las piscinas municipales; las calles Ausiàs March, Isaac Peral y Paso del Benissaidó; la carretera de Banyeres y el Camino de la Murtera; dependencias municipales como el depósito de detenidos y el cementerio; y otras zonas de la ciudad como Gormaig, el recinto ferial, los alrededores del barrio de la Font Dolça, Mascarella de Ferrán, Pla de la Fábrica, Fila Cordón y el Centro de día de Alzheimer.

En el tratamiento se empleó un producto biológico que genera una elevada mortalidad de la plaga; para su diseminación se utilizó un cañón pulverizador, de largo alcance, adherido a un vehículo todo terreno.

Se espera que los tratamientos resulten efectivos, a lo que también habrá contribuido la nieve y las bajas temperaturas que se están registrando estos días, y que suponen igualmente un enemigo para la procesionaria. Se trata de una plaga que aparte de deteriorar los pinos, es peligrosa para los humanos debido al gran poder urticante de los gusanos situados en el interior de las bolsas.