Alcoy ha vuelto a la normalidad tras finalizar las Fiestas de Moros y Cristianos el lunes por la noche. La brigada municipal de Obras y Servicio y los operarios de la contrata de limpieza viaria intensificaron el trabajo para recuperar cuanto antes el aspecto habitual del casco antiguo y evitar más molestias a los vecinos. El desmontaje del castillo y la enramada será lo último, y tardará al menos dos semanas.

Las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy finalizaron el pasado lunes por la noche con los tradicionales «soparets» en la calle. Pese a que a lo largo de las tres intensas jornadas la brigada municipal de Obras y Servicios y el personal de la contrata de la limpieza viaria y recogida de basura no han parado ni un solo momento, ayer todavía quedaba mucho por hacer.

Desde primera hora los operarios municipales estuvieron desmontando las gradas de la plaza de España en las que se colocan las sillas para ver las EntradasEntradas, y limpiando toda la suciedad acumulada debajo de las tablas de madera y la estructura metálica. «Ésta es una de las actuaciones que más prisa corre, ya que hay garajes y el objetivo es no causar más molestias a los vecinos», explicó ayer el concejal de Fiestas y Seguridad, Raül Llopis.

Los hosteleros que participaron en el evento gastronómico «Tapa i Festa» de la Glorieta también estuvieron desmontando las carpas y barras, así como llevándose todos los enseres y los alimentos y bebidas que sobraron. La misma imagen se repitió en la zona de Correos, donde se concentran varios pubs y gran cantidad de filaes.

Y es que este martes también ha sido una carrera contra reloj para bares, restaurantes, comercios y oficinas, que tuvieron que poner todo a punto para volver a la normalidad y poder abrir como si las Fiestas nunca hubiesen existido.

Pese al ritmo frenético con el que se ha trabajado, sobre todo por la mañana, la imagen del casco antiguo seguirá evocando a la Trilogía hasta que la brigada municipal de Obras y Servicios desmonte el castillo de Fiestas y retire la enrama, aunque para ello todavía habrá que esperar al menos dos semanas, pues según explicó el responsable del área, «hay trabajos prioritarios, como el de dar acceso a los vecinos a todos los garajes» o quitar todo lo que pueda interferir en el día a día del centro de la ciudad.

Raül Llopis, con todo, se mostró satisfecho con el resultado de los festejos, ya que «todo fue muy bien y no se produjeron incidencias relevante», incluso «hubo menos avisos que otros años».