Mario tiene 18 años y se mueve en silla de ruedas. Y todos los días tiene que recorrer 300 metros desde su casa hasta la parada de autobús para ir al instituto, algo que se convierte en toda una odisea donde en varias ocasiones ha estado a punto de ser atropellado debido a la falta de aceras, rampas e iluminación, que hace de un paraíso en primera línea de mar un infierno para quien tiene que moverse en silla de ruedas o lleva un carrito de bebé.
Los vecinos de la playa de Muchavista denuncian las barreras que presenta esta zona turística para personas con movilidad reducida. Calles sin aceras, o aceras con farolas en medio que hacen imposible el paso de una silla de ruedas, ausencia de rampas para poder subir a las aceras en los pasos de cebra, aceras que acaban bruscamente y que se convierten en callejones sin salida, tramos sin iluminación... Esta situación es la que alertan las asociaciones de vecinos Playa l'Horta Muchavista, La Zenia y Amecove (Amerador y Coveta Fumà), por lo que reclaman un plan municipal para eliminar estas barreras en la localidad, en especial en Muchavista, recordando que los superávits millonarios de los últimos años han hecho que el Consistorio disponga en los bancos de más de 30 millones que no son reinvertidos. Por su parte el Ayuntamiento afirma que ya hay en marcha un plan para ello.
La historia de Mario no es un hecho aislado, ni las barreras que salpican Muchavista desde el río Seco hasta la linde con la Playa de San Juan. Y se da la circunstancia que precisamente se trata de una zona donde hay un importante número de residentes mayores, que han escogido este privilegiado enclave de playa para pasar sus últimos años de vida... personas con problemas de movilidad, que como Mario, se encuentran con trampas cada día. Una situación que también sufren los padres que van por ejemplo con carritos de bebé. El Camí Reial de La Vila Joiosa, la avenida de Fabraquer, la urbanización Los Albatros, la zona en torno al Liceo Francés, la calle Gran Canaria... Estas asociaciones vecinales alertan de que los problemas son múltiples es una zona que durante décadas fue urbanizándose de forma progresiva y con escaso orden, y cuyas consecuencias las sufren ahora.
El padre de Mario explica que «lo que queremos es poder movernos libremente, pero para todo tenemos que ir en coche. Y el único trayecto que Mario hace en silla de ruedas es para ir a la parada de bus y volver a casa. Y son 300 metros entre la calle Ondara y el Camí Reial de La Vila, pero son un gran peligro, ya que tenemos que ir por la calzada, que es estrecha y de doble sentido. Varias veces han estado a punto de atropellarle, nos pitan porque vamos por la calzada, cuando no nos queda otra porque no hay acera o la acera tiene obstáculos como farolas y no cabe la silla. Mario tiene ya 18 años pero por sí solo no puede ir a la parada del TRAM, o al centro comercial, por las barreras que hay».
Plan de Movilidad en marcha
Por su parte el edil de Infraestructuras, Alfred Botella, destacó que el Consistorio ha puesto las bases para mejorar la accesibilidad en el municipio al impulsar por primera vez un Plan de Movilidad, que está finalizado tras realizar un estudio para analizar la ubicación de edificios públicos como por ejemplo colegios, para que dispongan de una accesibilidad sin barreras. Ahora se va a proceder a ver sus necesidades concretas para que esa accesibilidad sea posible. Y en cuanto al caso de Mario, destacó que se han adoptado medidas para facilitar su acceso a su casa con la instalación de bolardos, pero recordó que se trata de una zona sin consolidar urbanísticamente por lo que está por desarrollar, resaltando que es una situación que no es nueva, sino que se arrastra desde hace décadas. Del mismo modo recordó que se va a acometer una gran inversión en mejora de alumbrado público que también beneficiará a Muchavista.
