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Sant Joan d'Alacant

Libertad vigilada para un chico condenado por acosar durante todo un curso a un compañero de instituto

La magistrada concluye que la mediación escolar que se puso en marcha por el IES Lloixa de Sant Joan no resolvió la situación

Libertad vigilada para un chico condenado por acosar durante todo un curso a un compañero de instituto

Una juez ha condenado a ocho meses de libertad vigilada a un joven de 16 años por acosar y vejar a un compañero de instituto de Sant Joan durante todo un curso, según la sentencia a la que ha tenido acceso INFORMACIÓN. En la situación de «bullying» habrían intervenido otros dos compañeros que no se han sentado en el banquillo al ser inumputables por tener menos de14 años. El fallo considera probado que el plan de mediación escolar que puso en marcha el centro, el instituto Lloixa de Sant Joan d'Alacant no resolvió la situación.

La agresión que ha determinado la condena tuvo lugar el 8 de junio cuando los padres del menor acosado ya habían tomado la decisión de sacarle del colegio y faltaban pocos días para que terminara el curso, hartos de ver que la situación no se arreglaba. Un cabezazo que derribó al menor en mitad del pasillo y marcas de puñetazos en los brazos son las lesiones con las que se han podido probar los hechos. No sólo hubo lesiones físicas, sino también psicológicas como consecuencia de esta situación de acoso por las que el joven aún hoy está en tratamiento psicológico.

Un cabezazo que derribó al menor en mitad del pasillo y marcas de puñetazos en los brazos son las lesiones con las que se han podido probar los hechos

Los padres denuncian que ya fuera del centro el menor ahora condenado ha seguido acercándose a la víctima, aún teniendo vigente una orden de alejamiento. Hechos por los que se va a celebrar otro juicio este mismo mes. Los padres del menor acosado, que tenía doce años cuando ocurrieron los hechos, aseguran que ha vivido un «verdadero infierno» durante estos dos últimos años. Ahora dicen que podrán pasar página una vez que se ha dictado sentencia, aunque el fallo es recurrible ante la Audiencia Provincial. De hecho, fuentes próximas al caso indicaron que los padres del menor condenado ya han apelado.

Otros dos menores que intervinieron en la situación de acoso a su compañero son inimputables por tener menos de catorce años

La magistrada de Menores condena al menor, que tiene 16 años, por delitos de lesiones y de trato degradante. El fallo le impone una pena ocho meses de libertad vigilada, más 80 horas de trabajos en beneficio de la comunidad, así como una orden de alejamiento que le impide acercarse al menor durante los próximos dos años. La víctima tendrá que ser indemnizada también por las lesiones sufridas en la agresión, así como por los daños morales.

Crisis de ansiedad

La situación de acoso se prolongó durante el curso 2016/17 cuando el joven de doce años se incorporó al instituto para empezar la ESO. Los padres no detectaron que el joven estaba sufriendo acoso en el colegio hasta que éste empezó a sufrir crisis de ansiedad. «Había comportamientos raros. Ataques de asma inexplicables, los domingos decía que no quería ir al colegio», relata la madre. Sin embargo, no dijo nada de lo que le pasaba. Cuando surgió el primer episodio grave, éstos se encontraron horrorizados con que el joven le dijo al psiquiatra que había pensado hasta en acabar con su vida.

Esta situación motivó que se iniciara una mediación escolar en marzo para tratar de resolver la situación. «Les dieron una charla de que eso no se hacía y a mi hijo le pusieron un profesor sombra para evitar incidentes. Al final, parecía que el delincuente era él porque mientras los otros se movían con libertad a él le controlaban», relata la madre. Una de las acosadoras fue cambiada de clase a mitad de curso para evitar más episodios, «pero en el patio se juntaba con los otros dos y volvían a por él». En clase de Informática llegaron a sentarlos juntos, asegura.

La situación no sólo no se frenó, sino que fue a peor motivo por el que los padres determinaron llevarse a su hijo del colegio. La mañana del 8 de junio de 2017 el menor ahora expedientado propinó un cabezazo a su víctima por la espalda cuando éste estaba en el pasillo del centro. «Joder qué cabezazo le he dado, lo he reventado», relata la sentencia que dijo entre risas. La madre asegura que la fuerza del cabezazo inesperado fue tal que estuvo a punto de romperle dos costillas. También esa misma semana le había propinado varias veces puñetazos y pellizcos en los brazos y decía que «sabía dónde pegar para no dejar marcas». Esta agresión motivó la investigación por parte de la Fiscalía de Menores que ahora ha terminado con esta condena.

Los padres se plantean demandar ahora al centro

Los padres del menor acusado se plantean tras la sentencia por acoso escolar demandar al instituto Lloixa y a la Conselleria de Educación por su actitud durante los hechos. Consideran que su actitud ha sido la de intentar tapar la situación y esgrimir medidas que han sido contraproducentes, como realizar careos entre la víctima y su agresor. En el escrito de acusación, ya se pedía que se declarara la responsabilidad de ambos. Sin embargo, en la sentencia no se pronuncian sobre esta petición aunque se considera probado que los planes de mediación no funcionaron. En otras condenas a la Administración en casos de acoso escolar han sido los juzgados de lo Contencioso-Administrativo los que se han pronunciado sobre este aspecto, como una dictada en Barcelona el pasado mayo. La familia del menor acosado estudia con su abogado las opciones legales que se les presentan.

Cómo detectar el bullying

Cambio de conducta drástico en el niño o adolescente.

Pocas ganas de ir a clase, ver a sus amigos y salir de casa.

Sufre el 'síndrome del domingo', esto es, un malestar general todos los días.

Se muestra irritable y nervioso, con una tristeza injustificada.

Un niño que sufre acoso puede sentir emociones como el enfado, el miedo, la vergüenza o la culpa.

Pilar Cortés

¿Cómo detectar y combatir el acoso escolar?

El 24,8% de los niños españoles entre los 11 y 18 años reconoce sufrir o haber sufrido 'bullying'

El acoso escolar se ha convertido en la primera preocupación de los padres tras los últimos sucesos ocurridos en España con víctimas, incluso algunas de ellas mortales y detectar estos síntomas a tiempo es un factor clave para la prevención y lucha del famoso bullying.

La llegada del nuevos cursos escolares agudizan esta situación, y los padres deben estar atentos ante posibles señales que emiten los niños que reciben o pueden recibir acoso. Un estudio realizado en 32 países y avalado por la OMS revela que un 24,8 por ciento de los niños españoles entre los 11 y 18 años sufren o han sufrido acoso escolar. Además, el 53 por ciento de las víctimas de acoso acaban padeciendo síntomas de estrés postraumático.

"Al no afrontar debidamente este tipo de comportamientos y no tomar medidas para corregirlos en edades tempranas, el número de acosadores frecuentes va creciendo con los años. Estos niños van adquiriendo un modelo de relación interpersonal tóxica y depredadora, basada en la fuerza y en la imposición, que va consolidándose con los años", ha advertido la directora de Coaching Club, Verónica Rodríguez Orellana.

Un niño que sufre acoso puede sentir emociones como el enfado, el miedo, la vergüenza o la culpa. No obstante, es esencial tratar de evitar una reacción exagerada porque puede conducir a los niños a culpabilizarse a sí mismos por la angustia de sus padres.

Poner fin al acoso: Regla de 'las 3R'

"Hay que tener en cuenta que el acoso escolar no es un juego inocente, que el acosado no sobrevive al mismo pergeñando una venganza de idéntico nivel y que el bullying dista de favorecer el endurecimiento del carácter de un niño, sino que siempre constituye una violación grave de sus derechos, degrada su dignidad como ser humano y puede tener unas secuelas difíciles de restañar en el devenir vital del individuo", ha explicado la experta.

- Reforzar la información: Investigar qué está ocurriendo profundizando en la vida escolar del niño. En caso de tener pruebas de acoso, guarda la información y ponte en contacto con los profesores y directores, y si el niño está muy angustiado acude a un profesional cuanto antes.

- Reforzar el vínculo: Aumenta los momentos de atención positiva con tu hijo porque es fundamental no criticarlo y animarlo a expresar sus sentimientos. Dale permiso para comentar con sinceridad como se siente para que vea que tiene el apoyo de sus padres.

- Reforzar la autoestima: Un niño acosado se ve disminuido, por tanto, los padres deben encargarse de demostrarle lo contrario. Una de las maneras es ayudarle a que pueda encontrar amistados y otras relaciones fuera de la escuela a través de actividades.

Por último, desde Coaching Club indican que no solo hay que trabajar con las víctimas, sino también con los testigos. Esto es así porque los vínculos con terceros es vital y por eso hay que concienciar a aquellos que presencian un acoso a defender a la víctima y no verlo como un motivo de risa.

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