Un año y dos meses después de que el fiscal de Menores de Alicante exhumara en el cementerio de Alicante los restos de una niña que supuestamente falleció en el Hospital General de Alicante en 1962, el informe de Toxicología confirma que los huesos hallados y remitidos para cotejarlos con el ADN de sus padres son de otro bebé.

Así consta en los resultados sobre las pruebas de ADN remitidos a la Fiscalía de Menores, y a los que ya ha tenido acceso la familia, después de que el Instituto Nacional de Toxicología haya realizado las pruebas a todos los huesos remitidos por el equipo forense que practicó la exhumación. Durante las tareas de desenterramiento estuvo presente la hermana gemela de la niña supuestamente robada -María José Picó- y el padre de la pequeña, que fue quien entregó una caja de madera al enterrador en el camposanto alicantino para que fuera enterrada y cuyo testimonio contribuyó a la localización del cadáver dentro de la fosa común.

En un primer momento, se realizó un informe que descartó que los restos hallados en la que fue la primera exhumación en Alicante practicada en el marco de la investigación por el robo de niños fueran los de la gemela de María José Picó, quien denunció ante la Fiscalía el presunto robo de su hermana al nacer en 1962. Sin embargo, quedó pendiente cotejar los restos de un pequeño hueso que se encontró en el área destapada y que podrían ser de un segundo bebé, lo que prolongó la espera de los resultados ya que también se realizó la prueba de ADN sobre estos restos para mayor seguridad.

En su apartado de conclusiones, el Instituto Nacional de Toxicología dice que los resultados "obtenidos en el estudio de los polimorfismos de ADN permiten descartar la relación paterno filial de Antonio Picó y Francisca Robles con respecto al cadáver del que procede la muestra". Añade el informe que "se descarta, por tanto, que ambos sean padres biológicos de ninguno de los dos neonatos de los que procedían los restos óseos analizados".

El ADN de los padres de María José Picó no coincide con el de los restos hallados en la exhumación y, por tanto, según la gemela de la supuesta niña robada "habrá que seguir avanzando y mi caso ya tiene que pasar a un juez", señaló a este diario la propia María José Picó.

Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación precisaron ayer que la línea de investigación pasa ahora por corroborar que todo se hizo bien durante la exhumación. Por su parte, Picó añadió que desde el cementerio se ha puesto en duda ahora que la fila de la fosa común que se abrió fuera la correcta, lo que calificó ayer de "mentira que no se cree nadie". "Se abrió donde decían los archivos, había un técnico del cementerio que llevaba allí más de 30 años y se conocía eso como la palma de su mano. La exhumación se hizo con una arqueóloga que fue la diputada de EU Esther López y mi padre estaba allí para ayudar a localizar la caja que para eso él fue el que se la dio a enterrador y vio cómo la metió en una esquina de la fosa", dijo. Para Maria José Picó no tiene sentido que ahora se ponga en duda si se abrió la zona exacta de la fosa.

Desde la Fiscalía, según ha podido saber este diario, el siguiente paso en este caso será corroborar que se levantó la fila pertinente de la fosa, si bien fuentes consultadas están convencidas de que "a priori parece que todo se hizo correctamente". La fosa en la que debería estar enterrada la hermana gemela de Maria José Picó fue la primera que se levantó en Alicante por orden del fiscal que lleva los casos por el presunto robo de niños al nacer en la provincia. Tras ésta, se ordenaron una docena de exhumaciones más que siguen pendientes de los resultados de ADN, salvo una, en la que sí se realizaron las pruebas de cotejo sobre los restos óseos hallados en un nicho de Alcoy y que concluyeron que el bebé enterrado era el que se buscaba. Tras estos resultados, el fiscal cerró el caso tras aclararse que no hubo robo del niño.

Archivan dos casos tras una investigación policial

Dos de los casos que investigaba la Fiscalía se han archivado después de un exhaustivo trabajo policial para la localización de dos personas cuyos familiares daban por niños robados. Se traba de una mujer con gran parecido físico a otra que buscaba a su gemela y que puso la denuncia tras ver a ésta en un evento en Castalla. La similitud con la persona que buscaba a su hermana -cuya familia siempre tuvo sospechas de que la pequeña no murió- fue tal que la Policía inició su localización. Una vez detectada, se descartó que fuera la gemela de la denunciante, por lo que se archivó el caso. La otra identificación que no cuajó se llevó a cabo en Orihuela.