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Un pacto con costuras

El Bloc exhibe su división al avalar por apenas 10 votos el acuerdo con Compromís y Podemos

Miembros de Compromís y Podemos formalizaron ayer ante notario el protocolo de la nueva coalición. efe

La alianza sellada a última hora entre Compromís y Podemos de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre ha dejado en evidencia los pies de barro de una coalición que ha demostrado recientemente su peso en las urnas pero en la que a nivel interno el Bloc no acaba de hacerse con el liderazgo pese a ser la formación que más militantes aporta a Compromís. De hecho, en este intenso periodo de negociaciones, el partido de Enric Morera ha sido el más beligerante a la hora de mostrar sus serias reticencias ante el proyecto electoral, llegando a votar durante este proceso en contra del pacto con Podemos.

Más allá, una vez firmada la alianza ante el 20-D, el Consell Nacional del Bloc se mostró ayer más que dividido -52% a favor y 45% en contra- a la hora de apoyar la unión a dos, sin la presencia de Esquerra Unida, que la noche del pasado jueves decidió hacerse a un lado y concurrir, finalmente, a través de otra plataforma de unidad popular a las elecciones generales, dando portazo a la propuesta que le pusieron sobre la mesa Compromís y Podemos. Esa ausencia de Esquerra Unida fue clave a la hora de que el máximo órgano del Bloc avalara por apenas diez votos el «sí» a la coalición entre las formaciones lideradas por Oltra y Montiel, ya que el partido nacionalista prefería que la unión no sólo tuviera dos cabezas. Una controvertida confluencia electoral que ayer sumó su primera víctima, ya que Consol Castillo, concejala de Compromís en la ciudad de Valencia, presentó su dimisión de la Ejecutiva Nacional del Bloc por «disconformidad» con el proceso de confluencia para las elecciones generales.

La falta de liderazgo que sufre el Bloc, sin un capitán tan carismático como Mónica Oltra en Iniciativa, ha llevado a que no sean pocas las voces que exigen la celebración de un Congreso Nacional tras la cita electoral del 20 de diciembre para redefinir las bases de un partido que no exhibe la fuerza que podría por número de militantes en Compromís, una coalición a su vez donde los independientes -más numerosos que los afiliados a Iniciativa- tienen voto, pero muy poca voz. Esta situación ha llevado a que se ponga sobre la mesa una posible disolución de los partidos integrados en Compromís, y que así no sea necesario que se reúnan todas las ejecutivas por separado ante la toma de cada decisión.

Mientras tanto, Compromís y Podemos ya trabajan con la mente puesta en el próximo 20 de diciembre. De hecho, representantes de las dos formaciones se citaron ayer por la mañana en un notario de Valencia como paso previo a la inscripción de la coalición en la Junta Electoral Central, formalizada anoche. Por su parte, Esquerra Unida, por decisión propia, concurrirá como bandera de Unitat Popular tras romper la tarde del jueves negociaciones con Compromís y Podemos. La nueva coalición ofreció a la formación de izquierdas un puesto de salida por Valencia (el 4), entrar en el reparto de subvenciones y que su marca figurara en las papeletas. Con todo, no fue suficiente. Con su decisión, EU se arriesga a perder su actual diputado en Madrid.

Finalmente, Compromís encabezará las candidaturas por Valencia (con el diputado Joan Baldoví) y Castellón, mientras que Podemos se queda con el número uno en Alicante (un puesto que apunta a Rita Bosaho).

En contra de la decisión tomada en la Comunidad Valenciana, Izquierda Unida sí que acudirá con Podemos en otras dos comunidades con sendos acuerdos sobre la bocina. «In extremis» fue el pacto en Cataluña para incorporar a EUiA a la confluencia En Comú Podem con ICV, Podemos y Barcelona en Comú, después de tres días de tensas negociaciones. Por su parte, Podemos, Anova y EU se presentarán en coalición a las generales en Galicia.

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