"Hoy, ocho meses después y en plena primavera, desde el aire apenas se observan indicios de recuperación". La Escuela de Pilotos de Montaña ha sobrevolado el paraje de la Granadella, el último gran tramo verde del litoral valenciano, y ha tomado fotografías que reflejan la desolación que provocó el incendio que en septiembre arrasó 812 hectáreas de Xàbia y el Poble Nou de Benitatxell. Ese fuego devoró la Granadella de punta a punta. "Lo que hace menos de un año era un espectacular bosque mediterráneo que se fundía con el mar entre acantilados y calas es ahora un árido paraje marrón", describe esta entidad.

En las imágenes, la Granadella asemeja un desierto. Desde el aire no se aprecían algunos signos de esperanza, de regeneración, que sí empiezan a surgir a ras de suelo. En la cara sur de la Granadella, que es bastante húmeda, están rebrotando el lestisco, el "margalló" o el espino negro. Las lluvias del invierno e incluso la nevada del 18 de enero están ayudando a una recuperación natural que, sin embargo, es muy lenta. La Granadella tardará décadas en recuperar el verde. Además, el antiguo bosque de pinos, que por su densidad contribuyó a propagar el fuego, no dominará en el futuro el paraje, que se quiere repoblar con especies autóctonas y más resistentes al fuego como el acebuche o la carrasca.