Los incendios que afectaron a Xàbia y a Benitatxell el pasado mes de septiembre y que arrasaron una superficie de más de 800 hectáreas, además de obligar a desalojar a unas 1.400 personas y movilizar a una veintena de medios aéreos para su extinción, han dejado una huella en ambos municipios que perdurará en el tiempo. La cala de la Granadella (Xàbia), uno de los parajes costeros más visitados de la provincia de Alicante, presentaba ayer un aspecto que todavía puede tildarse de tétrico. El entorno natural de la Granadella, que tras dos días de fuego quedó reducido a cenizas, alberga una de las calas que se consideran de las más bonitas de España. Este es, cuatro meses después del devastador incendio, el aspecto que presentaba ayer mismo el paraje de la cala de la Granadella, que se enfrentó a principios de septiembre de 2016 con el peor siniestro de su historia y al que ahora se le retiran parte de las ayudas para su recuperación.