Los nuevos modelos de familia han disparado las inseminaciones in vitro en la ciudad. Parejas del mismo sexo que deciden ser madres o el hecho de que mujeres con edades avanzadas en cuanto a fertilidad se refiere encuentren nuevas parejas con las que tener descendencia, están detrás de que el número de inseminaciones se encuentre al alza. Así, mientras que en el 2014 el Hospital General de Elche atendió a 162 parejas, en lo que va de 2017 ya se han alcanzado los 92 casos, lo que, si se mantiene la media, que va al alza desde hace tres años, cerrará el año con cerca de 190 parejas inseminadas.

Lo primero que señala el doctor José María Rodríguez Ingelmo, jefe de servicio de Ginecología, es que todo estos casos los cubre la Seguridad Social. Incluida la técnica ROPA, indicadas para parejas del mismo sexo que busquen la «doble maternidad». Esta técnica permite insertar el óvulo de una de las mujeres en el útero de la otra, de forma que una se convierta en madre biológica y la otra en madre gestante. «De esos casos tenemos muchos en las consultas», indica el doctor Ingelmo. También se dan casos frecuentes de mujeres que, tras una primera relación, tienen nuevas parejas con hombres más jóvenes que ellas y acuden a la consulta porque incluso a que ya tengan descendencia, su pareja no, y quieren tenerla antes de que, biológiocamente, ellas ya no puedan. Dos nuevos modelos de familias a nivel social que también tienen su reflejo en estas especialidades médicas.

No obstante, el perfil mayoritario de pacientes que acuden a consulta para someterse a técnicas de reprodución son parejas adultas, de unos 38 años, que encuentran problemas a la hora de concebir un hijo. Esto se debe a que, en primer lugar, las parejas tienen descendencia cada vez más tarde y, por otro, «la gente joven prefiere esperar. Cuando se lanzan a tener un hijo, si no lo consiguen, generalmente esperan hasta más adelante». En casos de problemas para concebir, se opta por la inseminación artificial con el semen de la pareja o, en el caso de problemas con los espermatozoides de esta, por la inseminación con el semen de un donante, aunque en más de un 95% de los casos es a través de la pareja. Solo cuando esto falla o no es posible, se recurre al in vitro, aunque la técnica ROPA lo requiere desde el principio.

Con la inseminación artificial, se realizan hasta cuatro intentos, pues la tasa de éxito es de «solo» el 14%. «Nos movemos en la media habitual en este tipo de casos, con datos ligeramente mejores cuando hablamos de donaciones de semen de la pareja», añade el doctor Rodríguez Ingelmo.

Las inseminaciones se realizan en el laboratorio del Hospital General pero en el caso de las in vitro, las pacientes son derivadas al Hospital La Fe de Valencia, ya que carecen de la maquinaria necesaria. La Fe es el hospital de referencia en toda la provincia menos en Alicante. Allí se instaló hace años una pequeña unidad que, debido a su tamaño, solo da servicio a los pacientes de su propia Ciudad y de San Joan d'Alacant.

Excepciones

En principio, la Seguridad Social cubre todos los casos en los que haya problemas para concebir, tanto en pareja como en el caso de madres solteras y parejas del mismo sexo. En cuanto a las excepciones, están exentas las parejas que ya tengan un hijo vivo en común (no cuenta si alguno de ellos tiene hijos de relaciones anteriores), pero también las mujeres mayores de 40 años, por criterios biológicos, ya que «a partir de esa edad es muy difícil quedarse embarazada y las posibilidades de éxito se reducen drásticamente».

En estos casos no queda otro remedio que acudir a las clínicas privadas, donde los tratamientos rondan los 300 o 400 euros por cada inseminación, apuntan desde el Hospital General, y hasta 6.000 euros en el caso de las inseminaciones in vitro. Un coste que puede resultar demasiado alto para muchas familias por lo que desde el hospital ilicitano recuerdan que «nosotros lo que sí hacemos es el estudio de fertilidad, que supone un desembolso importante en las clínicas privadas», por lo que anima a cualquier pareja interesada a pedir cita pese a no cumplir las condiciones.