El barrio Porfirio Pascual irá volviendo poco a poco a la vida, recuperando la normalidad a medida que vayan tapándose las enormes zanjas que van a permitir que Carrús cuente con un nuevo colector que evite inundaciones de aguas pluvialesnuevo colector . La empresa mixta Aigües d'Elx reabrió el pasado viernes la calle Hermanos Gonzálvez Selva, tanto al tráfico de vehículos como al paso de peatones por unas aceras renovadas que han recibido con alivio los vecinos y los comerciantes, sobre todo después de unos siete meses cortada por obras.

Representantes de la empresa y del Ayuntamiento visitaron ayer la zona, que estrena asfaltado y señalización horizontal, y recupera plazas de aparcamiento. El alcalde, Carlos González, expuso que con el asfaltado de la zona (de Camino de los Magros a Ramón Vicente Serrano), poco antes de terminar las obras de esta primera fase, se cumple un compromiso adquirido con los vecinos de la zona, poniendo la calle «en servicio» antes de que finalice el conjunto de la obra «para minimizar el impacto» que estaba teniendo sobre el día a día de los comercios y de los residentes. Se ha asfaltado «en tiempo récord», dijo, para continuar ahora sobre la avenida Diagonal y el tramo final de Hermanos Gonzálvez Selva, con vistas a darlo por concluido en los últimos días de abril. A partir del lunes, y de forma simultánea, comenzará en la plaza de Barcelona la segunda fase de las obras, con una duración prevista de 16 semanas y 1,4 millones de euros de inversión.

A finales de agosto está prevista la finalización de ese segundo tramo, y algo antes (en torno a mayo) la adjudicación de las fases tercera y cuarta, que se habrán dado por completadas a principios de 2017 con un presupuesto total de unos 4,4 millones de euros. Es comprensible, resaltó el alcalde, que la obra provoque molestias a los vecinos por su «enorme impacto», dado que se ha de abrir la calzada por completo para introducir tuberías de dos metros de diámetro: «Son obras de gran alcance y envergadura que necesariamente ocasionan molestias a la circulación de vehículos, peatones y comercios, pero son obras absolutamente necesarias que van a evitar los problemas que ha tenido Carrús cuando se producen lluvias de cierta intensidad». El objetivo final es derivar las pluviales al cauce del Vinalopó para evitar que encharquen las calles, para lo que el gerente de Aigües d'Elx, Javier Prieto, expuso que «el tramo primero son unos 500 metros de longitud de tuberías de dos metros de diámetro de hormigón armado y profundidad de zanja de seis metros, lo que da una idea de la problemática de hacer una obra en una calle como esta, de un solo sentido de circulación».

En el entronque entre el primer y el segundo tramo se ubicará un «arquetón» de seis metros de profundidad y cinco de lado, en el que se conectarán todos los servicios. Además se ha de cambiar una tubería de agua potable, lo que convierte la intervención en una obra compleja que se prolongará a lo largo de otros 500 metros.