Roca imprevista y las fuertes lluvias de septiembre y octubre parecen ser los motivos por los que la primera fase de las obras del colector de Carrús, que permitirá reconducir las aguas pluviales y evitar inundaciones, marcha con un cierto retraso. Así lo reconoció ayer el propio alcalde, Carlos González, tras visitar esta actuación acompañado de los ediles de Urbanismo, José Manuel Sánchez, y el de Medio Ambiente, Antonio García.

Un tubo de dos metros de diámetro se está instalando, desde el pasado verano, a lo largo de cerca de 540 metros, desde la plaza de Barcelona hasta la calle Clara Campoamor y que discurrirá bajo tierra por las calles Diagonal y Hermanos Gonzálvez Selva.

La obra, de gran complejidad e impulsada por Aigües d'Elx, supondrá una inversión de 1,2 millones de euros y permitirá de paso, según indicó el primer edil, renovar prácticamente medio kilómetro de aceras, «mejorar el acabado superficial y avanzar en accesibilidad en una zona donde hay una mayor pendiente».

Esta primera fase deberá ser completada, en un futuro, puesto que todavía no se ha sacado a licitación, con otras tres fases. Actualmente se lleva ejecutado el 25% de la misma y aunque en principio estaba programado que finalizara en diciembre, se concluirá en marzo, después de parar también durante dos semanas en Navidades para no causar mayores molestias a comerciantes y vecinos.

El alcalde manifestó que la obra es de una «extraordinaria envergadura» y que las molestias son inevitables, aunque se intenta minimizar el impacto.