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El Proyecto Víbora II pierde cerca de un 10% de su pintura

Los organizadores afirman que lo ocurrido es normal ya que es una muestra de arte efímero

El Proyecto Víbora II pierde cerca de un 10% de su pintura

Las trombas de agua de los últimos días trombas de agua de los últimos días que han provocado el desbordamiento del río Vinalopó, se han llevado consigo un 10% de la pintura del Proyecto Víbora II 10% Proyecto Víbora II según Juan Llorens y José Agulló, dos de los organizadores de la iniciativa.

«Este desconchamiento se ha ocasionado por el hormigón en el que estaba impregnada la pintura. Nos hemos dado cuenta de que en las zonas donde está más porosa la superficie el material resiste más que en las que el suelo está liso», explica Juan Llorens, el encargado de gestionar la pintura del proyecto Víbora, y quien añade que la misma no tiene nada que ver, ya que en sí el material utilizado es muy parecido al que se utilizó en el año 1991 con la primera edición del proyecto Víbora.

José Agulló, organizador de la iniciativa, pide la calma de los ciudadanos, que según cuenta «están siendo muy alarmistas por las redes sociales». Así, añade que «el proyecto Víbora es arte efímero, y es bonito que en cierta medida suceda esto. Ya que se está contando la historia de una ciudad donde llueve poco, pero cuando cae la tromba, lo hace con mucha intensidad», señala Agulló.

Según comentaron los organizadores en 1991 no ocurrió esto ya que el clima no fue el mismo, y la primera riada tuvo lugar aproximadamente en 1994.

Una de las opciones que se plantean es la de llamar a los artistas que realizaron los murales que han quedado desgastados para que los vuelvan a pintar. «Les plantearemos la posibilidad y si quieren y les apetece que lo hagan, si por el contrario no pueden no pasa nada, éste desconchamiento quedará como parte de la historia del proyecto Víbora», afirma Agulló.

Los organizadores también han tenido respuestas a los ecologistas que no se fían de la calidad de la pintura, ya que podría contaminar algunos huertos de la ciudad.

«Los agricultores y ecologistas no tienen de qué preocuparse, ya que la pintura no es contaminante, y en ésto el Ayuntamiento ha tenido especial cuidado», explica Juan Llorens quien además añade que el metal que pueda llevar el material es lo de menos ya que «muchos alimentos contienen hierro, la gente los consume y no les pasa nada».

Con estas declaraciones los organizadores afirman que todavía hay Víbora para rato e incluso se atreven a aventurar que dentro de cinco años habrá partes de la iniciativa que todavía seguirán intactas.

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