No ha sido buscado, pero, al final, a Coepa se le abre un nuevo frente en plena crisis por el centro de oficioscrisis , tras la demanda de embargo que acaba de presentar el Consell. Y es que la federación del metal Fempa presentará en cuestión de días otra demanda contra Coepa -y ya van tres con ésta- por las cuentas de la confederación que en estos momentos dirige Moisés Jiménez. Este paso llega después de que el juez haya obligado a Coepa a entregar al metal un listado detallado de subvenciones recibidas prácticamente desde el origen de los tiempos, así como todos los balances, en un proceso judicial que empezó hace ahora casi un año.
El detonante de este proceso fue la aparición en junio del año pasado de aquellas dichosas ayudas «fantasma» que dio el Impiva en 1995 para el edificio de Ruperto Chapí. Se fraguaba por ese entonces la venta del inmueble y, además, se tenía que convocar la asamblea a la que debían ir las cuentas. Fue en ese escenario en el que los representantes de Fempa, en un encuentro previo, pidieron ver los balances y, como quien no quiere, preguntaron si había alguna ayuda pública asociada a Ruperto Chapí. Ese interrogante que se lanzó acabó poniendo de manifiesto que sí, que, efectivamente, se habían recibido ayudas: ni más ni menos que 150 millones de las antiguas pesetas que había inyectado el Impiva, aunque no había ni rastro contable.
Coepa trató por un medio y por otro quitar hierro al asunto, pero los intentos sirvieron de poco. La directiva, al final, se vio obligada a posponer su asamblea, para reformular las cuentas y dar entrada a esa subvención de la que no había constancia en los balances. Ahora bien, no fue la única repercusión. Fempa empezaba a tener dudas, muchas dudas, en torno a la contabilización de las ayudas recibidas por Coepa. Por ello, comenzaron a pedir de forma reiterada a la cúpula de la confederación, incluso con requerimientos notariales de por medio, toda la información económica para comprobar si podía haber más aportaciones públicas no registradas y si, por tanto, las cuentas no eran una imagen fiel de la situación financiera y económica de la entidad. Fue así como en diciembre del año pasado acabaron pidiendo amparo al juez para obtener esa documentación, como paso previo a una demanda. Ahora, casi un año después, y con cuatro providencias de por medio en las que el juzgado ha instado a Coepa a entregar ciertos documentos, el proceso se ha cerrado y se abre el plazo para presentar esa demanda.
Lo peor es que ésta no es la primera vez que Fempa tiene que pedir auxilio judicial para acceder a la información contable para verificar si se ajusta a o no a la ley, y eso acaba fructificando en una demanda. La primera vez fue en 2008, cuando el metal acabó interponiendo dos demandas de impugnación, por las cuentas de 2006 y 2009. El juzgado dio la razón a Fempa, y en el primer caso Coepa recurrió ante la Audiencia Provincial. Ni por esas. Confirmó en su integridad la sentencia del Juzgado de Primera Instancia. Las cuentas no reflejaban la situación real de Coepa, según los fallos judiciales.
Ahora la primera parte de la historia se repite, aunque habrá que ver qué acaban fallado los tribunales. En cualquier caso, la demanda llega en el peor momento para Coepa: con la petición de embargo que ha cursado el Consell por el centro de oficios, con una sentencia pendiente de salir por otra demanda de Fempa contra los estatutos, y con un juicio señalado para diciembre por otra denuncia de Cepyme contra esos mismos estatutos.
