Otro antiguo gigante del sector inmobiliario que cae. Tras resistirse durante años, finalmente la promotora alicantina Hansa Urbana ha solicitado en los juzgados la declaración del preconcurso de acreedores, el paso previo a la antigua suspensión de pagos, según confirmaron ayer fuentes oficiales del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana. La decisión de los gestores de la firma -controlada por la familia Galea- se produce cuando hace apenas seis meses habían conseguido que los tribunales tumbasen el intento de la Caixa por instar el concurso necesario de la sociedad seis meses tumbasen el intento de la Caixa por instar el concurso necesario de la sociedad y, además, se ha hecho sin consultar al segundo accionista de la misma, el Sabadell, que desconocía la petición, según destacaron ayer desde la entidad.
A pesar de las múltiples refinanciaciones y daciones en pago realizadas desde que estalló la burbuja inmobiliaria, la que fuera la promotora de cabecera de la extinta CAM todavía arrastraba el pasado mes de julio una deuda de casi 152 millones de euros con la banca, que le resultaba casi imposible de pagar ante el desplome de su actividad. De hecho, el mayor acreedor, el Santander, con 76 millones de euros, ya había instado en los juzgados la ejecución de sus préstamos aunque trataba de evitar el embargo negociando con diversos fondos «buitre» para colocarles la deuda de Hansa,embargo buitre tal y como publicó este diario.
La compañía también debe unos 31 millones al Banco Popular, otros 18,8 millones a la Caixa, 18 al Sabadell, 6 al BBVA y 2,1 a Barclays. Una vez que el juzgado admita a trámite la solicitud, la promotora tendrá tres meses para negociar una nueva refinanciación de su deuda que se antoja bastante complicada. Sobre todo porque el Santander no es el único banco que quiere soltar amarras con la compañía de la familia Galea, también el Sabadell había comunicado a la firma su deseo de salir de su accionariado -posee directamente un 23% y tiene otro paquete del 7% a través de su filial Tinser, ambos heredados de la CAM- ejecutando la opción de venta que consta en el acuerdo original entre la caja y la promotora.
Esta opción hubiera obligado a Hansa a desembolsar más de 60 millones al Sabadell, aunque desde la entidad catalana estaban dispuestos a rebajar sustancialmente esta cantidad a cambio de un acuerdo.
