Los responsables de la CAM no sólo avalaron la estrategia tributaria utilizada por los empresarios Juan Ferri y José Baldó para desviar a un paraíso fiscal la mayor parte de los beneficios de los negocios hoteleros que compartían en el Caribe sino que, aún conociendo el destino de unos fondos que nunca llegaron a la caja pese a haber financiado esta aventura empresarial, fueron aumentando su participación en la sociedad que constituyeron, Valfensal S. L.
Pocas dudas albergan sobre este aspecto los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil adscrita a la Fiscalía Anticorrupción que han analizado los documentos intervenidos en los registros practicados dentro la investigación que, acerca de los negocios de la CAM en el Caribe, se sigue en la Audiencia Nacional por delitos contra Hacienda, apropiación indebida y blanqueo de capitales. Un proceso en el que están imputados los dos empresarios así como el exdirector general de la caja Roberto López Abad y quien se ocupaba de las inversiones inmobiliarias en la entidad Daniel Gil,Roberto López AbadDaniel Gil responsables ambos de Tenedora de Inversiones y Participaciones (TIP) con la que la CAM se embarcó con un 30% en un proyecto empresarial del que los propietarios del grupo hotelero Mar Confort poseían el 70% restante. Un negocio que en la actualidad es suyo en su totalidad tras haber comprado su participación al Sabadell, que lo heredó de la caja de ahorros.
El estudio del material intervenido permite afirmar que Ferri y Baldó «encargaron a varios especialistas en fiscalidad societaria internacional la elaboración de una estrategia fiscal para el grupo Valfensal que les debía permitir situar la mayor parte de los beneficios obtenidos por la explotación de los hoteles Playacar y Caracol en un territorio calificado como de baja tributación», en alusión a Curaçao, inicialmente paraíso fiscal.
Los investigadores aseveran que han podido comprobar que esta estrategia fiscal «fue avalada por los responsables de la entidad financiera CAM, los cuales a pesar de conocer tanto la domiciliación como la función de la sociedad Jacksonport (radicada en Curaçao y donde se desviaban los beneficios de los hoteles además de simular que era la sede del grupo, que la investigación sitúa en realidad en Benidorm) no sólo no tomaron ningún tipo de iniciativa para solventar esta situación (hacer opaco ese dinero a Hacienda) sino que además consintieron en continuar aumentando el valor de su participación en ese grupo societario aún siendo conscientes de que los ingresos de los establecimientos hoteleros estaban siendo desviados a una sociedad domiciliada en un paraíso fiscal».
Los agentes insisten a lo largo del informe en que la mayor parte de la actividad relativa a Jacksonport no se llevaba a cabo en Curaçao, dónde se domicilió la sociedad «únicamente para justificar ante las autoridades tributarias de aquel país para poder acogerse a los beneficios tributarios que la legislación concedía a las sociedades residentes allí», sino en las oficinas que Ferri y Baldó poseen en el edificio Evamar de Benidorm.
Tanto es así que, en uno de los correos intervenidos, una de las personas de confianza de los empresarios que trabaja en las instalaciones que tienen en Mallorca alerta aun tour operador del «error» cometido a hacer constar en una factura el nombre de la mercantil y la dirección del edificio de Benidorm que acoge las oficinas del grupo Mar Confort sede también, según sostienen los investigadores, de Valfensal.
Los agentes insisten en que el «sistema de seguridad creado por los especialistas fiscales internacionales» buscaba «evitar que ambos empresarios pudieran ser identificados como los responsables efectivos de la dirección de Jacksonport», para lo que contaban tanto en Benidorm como en Mallorca, así como al otro lado del Atlántico, con personal de confianza, entre quienes se encuentra uno de los hijos de Ferri. «A lo largo de toda la investigación se ha podido comprobar que tanto Ferri y Baldó como el resto de los empleados que prestaban su servicio para el Grupo Valfensal ponían un especial interés en simular que Jacksonport era una sociedad con una operativa real a través de la cual se comercializaban estancias hoteleras», reza en el informe.
