El arte alicantino vuelve a cruzar el charco y lo hace de la mano de dos artistas muy diferentes: Javier Romero y Susana Guerrero. El primero lo hace en Jacob Lewis Gallery de Nueva York y la segunda, en el Centro Cultural Español de Miami. Y ambas se inauguraron ayer fruto de una casualidad que ha hecho coincidir en el tiempo las exposiciones de ambos creadores.

Romero reside en la Gran Manzana desde 2007, donde en 2012 recibió una beca de la Elizabeth Foundation for the Arts. Y allí es donde tiene su estudio y donde desarrolla sus proyectos. En este caso, las nueve obras de la serie Sticks and stones, iniciada en 2014, seleccionadas para esta exposición que se podrá ver hasta el 18 de febrero. «En estos trabajos continúo con mi investigación en torno a la abstracción, en un intento por integrar lo orgánico y lo geométrico, acentuando el aspecto gráfico de las imágenes, para dotarlas de mayor inmediatez visual».

El artista eldense muestra así su obra sobre papel, «en un territorio fronterizo entre el dibujo y el collage». Además, en esta serie «el instrumental de trabajo se ha reducido al mínimo, siendo el grafito el principal y casi único protagonista», destaca este creador que ha mostrado exposiciones individuales en Madrid, Valencia o Alicante.

En los trabajos que se pueden ver ya en la galería ubicada en Chelsea, ha incorporado «la dimensionalidad de las formas mediante el contraste de las áreas negras, donde el grafito es más denso, y las más blancas del papel, para crear un efecto de positivo y negativo, de vacío y forma, y potenciar así la cualidad escultórica de las imágenes». Romero se mueve en esta ocasión, al igual que en su anterior serie, Garden floor plans, en un territorio híbrido «entre dibujo y collage».

Para este artista, vivir en Nueva York ha supuesto una evolución en su obra «que no hubiera tenido si no hubiera estado aquí; como miembro de la Elizabeth Foundation for the Arts he podido disponer de estudio y valoro mucho todas las visitas que ha habido de profesionales y artistas para conocer y hablar del trabajo, además de los proyectos realizados durante este tiempo». De hecho, ha tenido la oportunidad de realizar proyectos con el Departamento de Estado Americano y su programa Art in Embassies, que ha adquirido obra suya para su colección.

Por su parte, la ilicitana Susana Guerrero lleva al Centro Cultural Español de Miami su serie Anatomy of a myth, una serie que el pasado mes de septiembre ya mostró en la galería Thomas Jaeckel de Nueva York, también ubicada en Chelsea, donde Romero expone ahora.

Anatomy of the myth, de la mano de esa misma galería, ha viajado a Miami donde desde ayer se pueden ver una veintena de piezas. Distribuidor de leche, Línea de sangre, Garras o Bata de cola son los títulos de algunas de esas obras. Unas realizadas en México hace años y otras de reciente creación.

Cables, lanas, estructuras metálicas y cuerdas son los materiales con los que trabaja esta artista, a los que añade en esta ocasión uñas, las suyas y las de su hijo de 7 años. «Estoy muy contenta con las piezas -afirmó la artista cuando inauguró la muestra en Nueva York-, aunque todavía no he digerido las obras».

Pasados estos meses, no solo las ha digerido sino que las vuelve a mostrar al público, en un curioso montaje que no dejará indiferente a nadie.