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Los destinos golpeados por las quejas británicas se alían para probar la estafa

Los hoteleros temen otra oleada de reclamaciones falsas de cara a la temporada alta y más pérdidas, como ocurrió el pasado verano

Turistas británicos toman el sol en la piscina de un hotel de la «zona guiri». david revenga

Destinos competidores que han decidido dejar de lado las rivalidades para frenar una problemática común. El disparatado aumento de las reclamaciones realizadas por visitantes británicos ante los touroperadores -con los que contrataron su paquete de vacaciones- para recuperar el dinero abonado por su estancia, alegando una supuesta indisposición estomacal al ingerir algún alimento en el complejo hotelero, se ha convertido en un agujero para el bolsillo de los empresarios del sector. Las pérdidas económicas que registraron los alojamientos por estas quejas ascendió a varios millones de euros durante el pasado verano y los hoteleros, muchos de ellos de Benidorm al tratarse de una de las ciudades con mayor afluencia de turistas procedentes de Reino Unido de todo el país, no están dispuestos a que la historia vuelva a repetirse esta temporada.

Así las cosas, y a la vista de que a corto plazo Reino Unido no endurecerá su legislación para poner coto a este tipo de prácticas, los dueños de los alojamientos han decidido curarse en salud y poner la tirita antes de que la herida vuelve a abrirse este verano. La intención de los responsables de alojamientos en los destinos españoles favoritos para el mercado británico, como Benidorm, es establecer una nueva base de datos conjunta que les permita cruzar diferentes características sobre las estancias de aquellos que terminan por poner una reclamación.

Con esta medida se busca encontrar puntos en común en las quejas para analizar en profundidad la problemática y, con el tiempo, poder desarrollar series estadísticas que evidencien que se trata de una estafa, como detallaron ayer fuentes de la patronal hotelera Hosbec a este periódico. Por lo tanto, alojamientos emplazados en destinos como Salou (Costa Dorada), Lloret de Mar (Costa Brava), Benidorm (Costa Blanca), Mallorca, Ibiza (Baleares) o Tenerife (Canarias) que han sufrido los repercusiones económicas del alto volumen de reclamaciones por parte de los visitantes británicos compartirán experiencias para desarrollar estrategias de combate conjuntas. Dentro de ese proceso, se compararán el contenido de las reclamaciones, se podrán detectar clientes reincidentes y, además, se ahondará en la posibilidad de que los compradores de algunos mayoristas de viajes tengan mayor tendencia que otros a interponer este tipo de quejas.

Pruebas a su favor

Además, cabe destacar que con las estadísticas que se puedan realizar los hoteleros de todo el país a partir de los datos compartidos se podrá demostrar la falsedad de las reclamaciones en caso de que en última instancia se decida acudir por la vía penal contra los titulares de estas quejas. «Si las intoxicaciones fueran auténticas estaríamos delante de epidemias en algunos hoteles por el alto volumen», explicaron ayer desde la patronal de la Costa Blanca a la vez que expusieron que si esos números se cruzan con los que manejan las autoridades sanitarias «no se corresponden».

No hay que olvidar que la legislación británica da la razón por defecto al titular de la reclamación frente a la empresa. Al menos, en el extranjero. Un negocio redondo para los abogados de Reino Unido que animan a sus compatriotas a reclamar para hacer su particular agosto a costa de las costes por asistencia legal que pagan también los hoteles.

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