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Benidorm

La ordenanza anti «turismo de borrachera» enfrenta a C's con los locales de ocio

La formación se reúne con el sector para acercar posturas sobre la nueva normativa que busca poner coto a las actitudes incívicas

C's quiere frenar actitudes incívicas que se producen en plena calle. david revenga

Tenso debate en Benidorm por la elaboración de una nueva ordenanza cívica que busca frenar el «turismo de borrachera» en la capital de la Costa Blanca. La medida aprobada en el pleno de la pasada semana, a instancias de una moción del grupo municipal Ciudadanos (C's), despertó cierto malestar e inquietud entre los responsables de los locales de ocio nocturno de la ciudad. De hecho, representantes de la asociación Ociobal, que aglutina a los pubs y discotecas de Benidorm, mantuvieron durante la mañana de ayer un encuentro con los concejales de la formación naranja que no estuvo exento de polémica. Con todo, la reunión se zanjó de «forma positiva» para ambas partes y permitió acercar posturas tras el desencuentro inicial que se originó por la propuesta de C's.

Como se recordará, el Ayuntamiento aprobó la redacción de una nueva ordenanza cívica para frenar el descontrol que se produce en algunas calles de Benidorm. La iniciativa de C's, que fue apoyada por el equipo de gobierno popular y la agrupación Ciudadanos por Benidorm (CBM), busca aglutinar en un único documento todas las normas municipales, autonómicas y estatales que ya existen para regular el comportamiento en la vía pública y, de esta forma, intensificar la vigilancia en las zonas donde se registra una mayor problemática debido a la concentración de turistas extranjeros, como el Rincón de Loix. Cabe destacar que el debate plenario en el que se abordó la moción de C's estuvo marcado por la polémica, ya que desde el grupo municipal socialista se llegó a pedir la retirada del punto. Finalmente el apoyo del propio ejecutivo municipal popular permitió que la medida saliera hacia adelante, creando cierta inquietud entre el sector del ocio nocturno.

La inquietud inicial de los pubs y discotecas dio paso ayer a un agrio debate en una de las salas de reuniones del Ayuntamiento. Así, los tres ediles de C's se vieron las caras con los representantes de Ociobal en una reunión que comenzó con mal pie. El cruce de acusaciones se podía escuchar desde los pasillos y ambas partes admitieron la tensión vivida durante la primera parte del encuentro.

«Estamos dolidos por la polémica generada y la imagen que se ha dado de algunos empresarios. Nos hemos sentido atacados», admitió ayer el presidente de Ociobal, Víctor Navarro, quien insistió en que desde su colectivo están dispuestos a colaborar en la redacción de la ordenanza. No obstante, lamentó que consideran que «se ha magnificado una problemática que es muy puntual y se está originando una alarma social».

Pese a ello, Navarro señaló que están dispuestos a formar parte de la mesa de trabajo para redactar la nueva normativa porque «todos queremos lo mejor para la ciudad». Con todo, el presidente de Ociobal quiso marcar distancias con C's. «No se trata de que haya un exceso de regulación. Lo que se debe hacer es aumentar los efectivos de vigilancia. Hacen falta más agentes locales, así como Policía Nacional», consideró el representante de los locales de ocio nocturno, quien además insistió en que los dueños de las bares no son los culpables de lo que sucede en la vía pública. «Nosotros no tenemos potestad para llamar la atención cuando alguien se excede con sus actitudes en plena calle», recalcó Navarro.

Acuerdo con discrepancias

Pese al principio de acuerdo alcanzado entre C's y Ociobal tras la reunión de ayer, el concejal de C's Juan Balastegui insistió en que los locales de ocio nocturno son parte implicada en la problemática pero hay muchos otros factores que influyen en la misma. «No les hemos culpabilizado en ningún momento», apuntó el regidor intentando rebajar la tensión a la vez que insistió en su empeño por corregir ciertas conductas que se producen en la vía pública.

Además, Balastegui remarcó que en ningún momento quieren frenar la llegada de turistas a la capital de la Costa Blanca, pero consideró que es necesario que los visitantes se conciencien de que hay que respetar la ciudad. «Es un problema al que hay que poner coto desde ya», zanjó el edil.

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