Las carreteras de la provincia gestionadas por la Generalitat que presentan mayores problemas de contaminación acústica soportan además un tráfico cada vez mayor. Así lo señalan los datos de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, según los cuales en 2016 casi la totalidad de las vías incluidas en los Planes de Acción contra el Ruido del mismo departamento autonómico registraron una mayor circulación que en 2015. Esto implica, por lo tanto, una mayor presión para estas zonas, a la vez que evidencia la necesidad de acometer las actuaciones previstas en los planes.

La Generalitat ha aprobado dos planes para paliar la contaminación acústica en el entorno de las carreteras que son de su competencia. En la primera fase, hace cuatro años, se incluyeron tramos con una circulación superior a 6 millones de vehículos al año, 12 de ellos en la provincia de Alicante, mientras que la segunda se ha centrado en itinerarios que soportan el paso de más de 3 millones de vehículos anuales, 17 de los cuales están en las comarcas alicantinas. Esta segunda fase se aprobó a finales del pasado mes de junio, tal y como publicó este periódico hace unos días.

El volumen de tráfico de cada jornada en casi todos estos lugares supera los 10.000 vehículos, con el consiguiente ruido que se ocasiona. Los 29 tramos incluidos en los planes de la Conselleria se corresponden con zonas muy urbanizadas, con viviendas junto a la carretera, o en las que existe algún centro sanitario o educativo, aspectos que hacen que se den problemas de contaminación acústica. Como solución, en algunos casos se propone colocar pantallas antirruido en el entorno de la vía, mientras que otros requieren de actuaciones más complejas como la instalación de un asfalto fonoabsorbente que minimice los efectos del tráfico.

Dénia y Torrevieja son dos de los puntos más sensibles por este problema. En la anterior fase del plan se acordó colocar pantallas acústicas, con una prioridad alta, en el principal acceso a la capital de la Marina Alta, la CV-725, así como el tramo de esta carretera que discurre junto al casco urbano de La Xara. Asimismo, se dio una prioridad media a esta misma medida en el entorno del hospital comarcal dianense. Mientras tanto, la zona más cercana a Torrevieja por la CV-905, la carretera desdoblada que procede de Rojales, tenía también una prioridad alta en la colocación de pantallas contra el ruido, y había otros dos puntos con prioridad baja en la misma vía, por su proximidad a las casas de varias urbanizaciones. También a la carretera CV-95 en el entorno del hospital de Torrevieja se le dio una prioridad media.

En el anterior plan se contempló una inversión de 1,82 millones de euros sólo en estas pantallas, mientras que en la segunda fase se prevén para este concepto otros 299.000 euros. No obstante, el grueso de las actuaciones corresponde a soluciones complejas como la instalación de un pavimento que absorba los ruidos. De ese tipo son 14 de las 17 obras incluidas en la fase recién aprobada, todas ellas a excepción de una en la comarca de la Vega Baja y que suman un montante superior a los 485.000 euros. La única de estas vías que no está en el extremo sur de la provincia es la CV-763, entre La Nucía y l'Alfàs del Pi. El resto están sobre todo en los alrededores de Orihuela y Redován, dentro de cascos urbanos o junto a infraestructuras sanitarias.

Una de las vías donde ya se aprobó el reasfaltado con un firme especial en el anterior plan es la ronda de San Vicente del Raspeig a Sant Joan d'Alacant, la CV-821. Aquí, aunque con una prioridad baja, se señalaban dos puntos conflictivos: el tramo inicial entre el campus de la Universidad de Alicante y el casco urbano de San Vicente, y los últimos metros, en los que la vía pasa junto a las casas en Santa Faz y Sant Joan.