Las algas se han adueñado del litoral de El Cabo de las Huertas. Pasear por primera línea de playa es una misión imposible, sobre todo en zonas como la cala de los Judíos y Cantalar, donde la cantidad de restos de posidonia es tal que se han llegado a formar grandes dunas que los más pequeños aprovechan para escalar como si se tratara de una montaña.

Esta situación ha generado malestar entre los vecinos de la zona, ya que los residentes la frecuentan para dar largos paseos por el litoral o para pasear a sus mascotas. Tareas que ahora no pueden llevar a cabo con normalidad porque las algas se han comido el suelo rocoso.

Además, la cala Judíos cuenta con una zona de pavimento que se ha hundido y que ha dejado al aire hierros de varios centímetros de altura que se encuentran camuflados por los restos de vegetación marina. Dicha zona, aunque está vallada, supone un peligro para los usuarios de la cala, sobre todo por la noche cuando la visibilidad es muy deficiente.