Final del puente de Reyes y buen día, meteorológicamente hablando, en Alicante. Esa combinación empujó a que cientos de personas, entre turistas y residentes en la ciudad, disfrutaran ayer de las playas de la ciudad, la mayoría con un agradable paseo por el paseo marítimo o, directamente, por la «segunda» línea de playa. Y es que la zona del arenal más próxima al mar continúa marcado por los grandes montones de algas que, este año, el Ayuntamiento ha decidido no recoger para evitar la erosión marina. Con el objetivo de explicar los motivos técnicos de su decisión, la Concejalía de Medio Ambiente colocó en las últimas semanas carteles y mesas informativas con el objetivo de cambiar la imagen que la ciudadanía y los turistas pueden tener al comprobar «in situ» la acumulación de algas. Sin embargo, las quejas de los vecinos no se han hecho esperar, sobre todo por el mal olor que provocan los montones de posidonia y, también, los charcos de agua que se forman en el entorno y que atraen, según residentes de Playa de San Juan, a mosquitos.

Ayer, al coincidir un día festivo con una jornada soleada, cientos de personas se acercaron hasta la primera línea de las playas de Alicante, con principal incidencia en el Postiguet y San Juan, los dos únicos arenales que tienen tramos donde aún se realiza la limpieza. Sólo los más curiosos se acercaban hasta la frontera marcada por el agua, donde los malos olores son cada día más perceptibles.

En la mayoría del Postiguet y de San Juan, según el área de Medio Ambiente, las algas se retiran con una frecuencia aproximada de cinco días, aunque los habituales de las zonas añaden que los montones son visibles a diario. Más llamativa resulta la imagen en los puntos del litoral alicantino en los que no se recogen: la zona sur de San Juan (entre el Sidi y el Faro), la Cala de los Judíos y Cala Palmera, la Almadraba, la Albufereta, el Cocó -en la zona norte del Postiguet- y, por último, Urbanova. El área de Medio Ambiente, pese a las críticas vecinales, sigue firme en su objetivo de mantener las algas, una medida que cuenta con el respaldo del Instituto de Ecología Litoral, que también recomienda que el uso de la maquinaria pesada se restrinja a la superficie seca de la playa. Según el responsable del área de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, la presencia de restos de posidonia en las calas y playas es una «clara señal de que las aguas están libres de contaminación y son transparentes, ya que ambos factores son indispensables para que esta planta marina pueda desarrollarse». Los vecinos, sin embargo, critican que la presencia de estas algas en la primera línea de las playas no ayuda desde un punto de vista turístico a zonas muy frecuentas por visitantes.