El temporal de lluvia y nieve que ha barrido la cabecera del Tajo en las últimas semanas ha tenido un efecto «milagroso» sobre el complejo de embalses de Entrepeñas y Buendía, que ayer almacenaba 406 hm3 y abre, por tanto, la puerta a que el Ministerio de Agricultura apruebe a finales del presente febrero o principios de marzo el primer trasvase de agua para la agricultura en cuatro meses, justo el tiempo en el que los agricultores no han recibido ni una gota.
Entrepeñas y Buendía han recuperado 70 hm3 de caudal en el último mes gracias a las lluvias y la nieve, y la entrada de agua esta semana está en los 90 m3 por segundo, lo que en el nivel 3 de sequía permite, con la ley en la mano, que se puedan trasvasar al Segura un total de 20 hm3 mensuales, según recordó ayer Ángel Urbina, miembro de la Junta de Gobierno del Acueducto Tajo-Segura, que reclamó «valentía al Ministerio de Agricultura para socorrer al campo alicantino y murciano cuando el momento es agónico, debido a que la falta de recursos nos hace replantearnos la plantación de la cosecha del próximo verano», subrayó Olcina.
En estos momentos, y con una demanda anual de 350 hm3, el sector agrícola dependiente del Tajo-Segura sólo tiene garantizados hasta final de año 30 hm3 de la desaladora de Torrevieja (el Consell ha pedido al Gobierno que aumente la producción pero la factura económica sería impagable), 25 hm3 de los pozos de sequía de Calasparra y 15 hm3 cuya compra negocian con los regantes del Júcar. Un total de 70 hm3, el 20% del caudal necesario, con lo que ahora mismo el déficit de agua para riego en Alicante y Murcia es del 80%.
Ángel Urbina recordó, por otro lado, el problema generado por la falta de control de los desembalses en Entrepeñas y Buendía para mantener el caudal ecológico del río Aranjuez de forma artificial. «En Bolarque pasan esta semana 7,17 m3 por segundo y en el Azud de Fuente de la Huelga un total de 9 m3, tres por encima de lo que establece el memorándum. O sea, que los agricultores cumplimos la ley a rajatabla y vemos que en pleno temporal se empeñan en mantener el caudal ecológico de forma artificial». El directivo del Acueducto Tajo-Segura apuntó, por otro lado, que «la lluvias también están siendo generosas en la cabecera del Júcar, por lo que en una situación como la actual el Ministerio debiera abrir la mano y permitirnos aumentar la compra de caudal pues nuestro momento es dramático»
El Ministerio de Agricultura permite que el río Aranjuez, una de las arterias fluviales desde la que se reserva agua par el sur de Madrid lleve un caudal medio de 8 m3 (ocho mil mil litros) por segundo, dos más que los establecidos por ley y que representan 60 hm3 de sobra mientras la cuenca del Segura no tiene para regadío y debe recurrir a pozos de sequía e, incluso, a la compra de agua al Júcar en Valencia (se negocian 15 hm3) para mitigar una situación de sequía que es la peor de la última historia, más grave aún que la que de 1995. «Algo que puede ser legal pero es inmoral al analizar nuestra situación», señaló Urbina.
El valor de las zonas regables por el trasvase del Tajo alcanza los 328.259.701 euros, lo que representa el 62,18% de los ingresos que obtienen los agricultores del regadío provincial. De no haber agua suficiente están en juego más de cien mil empleos, entre directos e indirectos, y una aportación al PIB de 2.364 millones de euros al año. La superficie cultivada se mantuvo en 2015 al descender únicamente un -0,2%. Ahora se contabilizan alrededor de 133.000 hectáreas cultivadas, según el balance que maneja Asaja. El año pasado, con la sequía azotando ya de lleno al campo alicantino, las principales mermas se registraron en la superficie cultivada de naranjo, calabaza, zanahoria, nabo y los frutales.
