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Erasmus aterriza en las aulas del colegio Benalúa

El colegio Benalúa recibe a una veintena de profesores de seis países europeos

Alumnos de Primaria enseñan sus actividades a docentes de otros seis países europeos PILAR CORTÉS

La charla íntegramente en inglés del jefe de Educación en la dirección territorial, Pablo Ortega, sobre el funcionamiento de nuestros sistema educativo, les deja boquiabiertos por la profusión de información y el nivel lingüístico. Son profesores de seis países europeos que durante una semana han compartido la enseñanza en las aulas y diversas actividades programadas en el marco del proyecto Erasmus plus, con el que el colegio Benalúa representa a España.

A su llegada al centro escolar la sorpresa aumenta ante la variedad de nacionalidades entre los alumnos, su integración y la capacidad de expresarse en tres lenguas, castellano, valenciano e inglés. «La diferencia está en su actitud, aceptan la diversidad gracias a la cantidad de niños inmigrantes, y las distintas realidades idiomáticas gracias al valenciano», subraya Ela Karas, coordinadora polaca.

Los alumnos de 10 y 11 años de quinto y sexto curso ensayan una obra en inglés; los de segundo curso aprenden las operaciones básicas de matemáticas pronunciando los signos en inglés y en tercero crean un cómic con Super Era como protagonista, para aprender a usar internet de forma segura y responsable: «Si no sabes si una página es correcta, puedes pedir ayuda a tu madre y también te saldrá un aviso», dice la protagonista, por descontado en inglés.

«El objetivo es poner en valor el uso seguro de las nuevas tecnologías y que comprendan el carácter internacional del inglés como lengua franca, compartiendo actividades con niños de su edad de otros países», destaca el coordinador del proyecto y maestro en el colegio Benalúa, Sergio Collar.

Fusión de culturas

La mayoría de las actividades las comparten con alumnos de Finlandia, Italia, Grecia, Polonia, Chipre y Portugal a través de videoconferencias o de Skype. También suben a una web común su contribución, por ejemplo, con un cuento tradicional de cada país; o bien de un texto conjunto sobre la crisis de los refugiados sirios.

Como colofón, un gran árbol internacional colgará de sus hojas frases «positivas ante situaciones negativas» y las del Benalúa son del tipo: «When I don't like my meal I remember how lucky I am to have food». («Cuando no me gusta la comida me acuerdo de lo afortunado que soy de tener algo para comer»).

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