Sólo faltaba Hitchcock detrás de la cámara. Y es que la aventura que vivió Antonio Fríes en la tarde del jueves parece sacada de un guión del maestro del suspense. Y como protagonistas, las gaviotas. Decenas de ellas, que impidieron a este vecino del Pla y al técnico de una compañía de teléfono acceder a la terraza del edificio para conectar una antena.
Como en la célebre película protagonizada por Tippi Hedren y Rod Taylor los pájaros no dudaban en intentar atacarles cuando hacían cualquier amago de salir a la terraza, lugar escogido por estas aves para anidar. «Era imposible. Había 40 gaviotas que ocupaban toda la terraza. Estuvimos cerca de una hora sin poder cruzar la puerta», señala Fríes. Finalmente, logró ganarle el pulso a los pájaros, aunque no fue nada sencillo. «El técnico de la antena llamó a un compañero para que viniera a ayudarle. Mientras yo las espantaba con una manta y uno de los antenistas con un cable, el otro pudo conectar la antena, una operación que sólo duró dos minutos, pero para la que finalmente nos hicieron falta cerca de dos horas».
Fríes asegura que no es la primera vez que se las ve con estas molestas vecinas. «Anidan en la azotea y por la noche hay muchísimas, que hacen un ruido horrible». Tampoco son nuevos los intentos de ataque. «Hace años subíamos a la azotea a ver los castillos de fuego después de las Hogueras, pero tuvimos que desistir porque se ponían muy violentas».
En los últimos años se han multiplicado las quejas vecinales por la elevada presencia de gaviotas en la ciudad y su actitud violentamultiplicado las quejas vecinales . Un hecho fácil de explicar «si se tiene en cuenta que en la provincia hay cada vez menos espacio de costa, que es el hábitat natural de la gaviota, que haya escapado al ladrillo», sostiene Juan Guillén, del Instituto de Ecología Litoral de El Campello. La ocupación del litoral por el hombre ha propiciado que estas aves se desplacen al interior de la ciudad. Además, en los últimos años, y debido también a la merma en los bancos de peces, estas aves se alimentan de lo que encuentran en los vertederos. «Este cambio en la alimentación ha provocado que las poblaciones de gaviotas se hayan multiplicado», afirma Guillén. Desde el Ayuntamiento señalan que las actuaciones con estos animales dependen de la Conselleria de Medio Ambiente, aunque desde este departamento aseguraron ayer que sólo actúan cuando se trata de ejemplares de animales protegidos.
