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La furia de las gaviotas

Cada vez más ejemplares anidan en los tejados de zonas urbanas, donde se comen a las palomas

La furia de las gaviotas

Aunque son típicamente costeras, donde se alimentan de animales marinos, vegetales, insectos y pájaros pequeños a los que suelen atacar en vuelo, las gaviotas se dejan ver cada vez más en zonas urbanas alejadas del mar donde anidan en tejados, como demuestran las quejas de distintas comunidades de propietarios ante el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante. Además alteran las condiciones de vida de los pájaros locales, e incluso se comen a las palomas, de lo que fue testigo un alicantino esta semana en la plaza de Luceros.

«Pensaba que, si bien son animales oportunistas que comen desde unos años atrás basura en los vertederos (algo que antes no hacían), su alimentación era a base de peces», explicó un ciudadano que estando en el semáforo de la plaza vio en la fuente de Bañuls una paloma blanca y cómo de repente una gaviota bajó en vuelo rasante, «la cogió, la levantó enganchada en el pico mientras revoloteaba, la mató y empezó a comérsela. Parece que está sucediendo en otras ciudades algo parecido».

El veterinario de Mutxamel Juan Griñán explicó que las gaviotas comen cualquier cosa, incluso animales muertos, «y si encuentran palomas enfermas, también son capaces de matarlas». Según el biólogo Emilio Rosillo, en la ciudad encuentran un lugar propicio, donde pueden sacar adelante sus polluelos sin la presencia de predadores que sí acechan en entornos naturales. «Es una especie adaptable e inteligente, que no duda en mostrarse agresiva con otras cuando compite por el espacio o el alimento. No es raro verlas atacando a otras aves urbanas como las palomas».

En Tabarca se producen a menudo quejas de turistas porque les atacan las gaviotas, y también ha ocurrido en el Castillo de Santa Bárbara, donde los visitantes se asustan de su agresividad. Los operarios detectaron más de medio centenar de nidos entre las murallas y el monte, y en el recinto tienen preparadas señales para colocarlas advirtiendo del peligro a los visitantes cuando se producen ataques con picaduras. En el caso de las quejas de las comunidades de vecinos donde anidan las gaviotas, el Ayuntamiento deriva las consultas a la Conselleria, que recurre al centro de recuperación de fauna silvestre, encargado del control, y desplaza los nidos para que los graznidos no molesten. En el Castillo una empresa llegó a cambiar los huevos a zonas alejadas de los edificios, sustituyéndolos por otros de madera.

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