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Con un contrato en el bolsillo

Los primeros estudiantes alicantinos que han estrenado la FP dual en Alemania, muy satisfechos

Los alumnos alicantinos han tenido tiempo de hacer algo de turismo con el resto del grupo. información

En pleno mes de julio, cuando ya no queda nadie en las aulas porque incluso han terminado los exámenes de recuperación adelantados de septiembre, un grupo de estudiantes de Formación Profesional se afana en el instituto Cavanilles de Alicante, durante tres horas todas las mañanas, ante los diccionarios de alemán.

Acaban de volver de su primera experiencia laboral en el país germano

, donde han estrenado la FP dual que arrancará a medio gas el curso que viene en los institutos de la provincia, y ya tienen un contrato en el bolsillo para regresar en septiembre, ya como profesionales en unos casos o para concluir la FP dual en otros.

José Andrés Agulló está que se sale. Va a trabajar en la aeronáutica alemana, en una multinacional con más de un millar de operarios y, entre ellos, como uno más para fabricar y arreglar motores de avión: «Todo está muy estructurado allí, yo reparaba una pieza concreta, las palas de la turbina. Cada día el tutor nos explicaba una tarea y nos integrábamos en una cadena».

De eso es de lo que carecemos en la Comunidad, de tutores en las empresas, de ahí que la tan cacareada FP dual por parte de la Conselleria de Educación, se quede tan descafeinada al lado de la tradición alemana.

José confiesa que llegó muy nervioso a Hannover, pero vuelve gratamente sorprendido por la amabilidad de los germanos, la limpieza de las calles y su perfecta organización, incluidas las empresas: «En el proyecto eramos 34 estudiantes de toda España y se dirigían a nosotros para ayudarnos. Parecen fríos pero son muy simpáticos», asegura.

La Cámara de Comercio de Hannover ha trabajado directamente con el Instituto Cavanilles y la Junta de Andalucía, y ha remitido escritos al centro educativo destacando «la preparación tanto lingüística como profesional de los estudiantes alicantinos. Es muy gratificante que los alumnos pasen por el despacho de dirección para agradecer la gestión y el trabajo realizado», apunta el director, Alejandro Bernabéu.

El 1 de septiembre

El mismo día 1 de septiembre esperan a Agulló en la aeronáutica, «para trabajar durante un año en prácticas. Sigue siendo formación pero ya tengo el título español y tras ese tiempo me convalidarán el título de Técnico en Fabricación Mecánica también en Alemania».¿Se quedará si se lo vuelven a ofrecer? «Bueno, si me quieren... Hasta ahora he estado muy a gusto», responde. Tiene 24 años.

Desde Hannover únicamente hacen hincapié en una formación lingüística supletoria para que estos estudiantes se defiendan mejor en la lengua germana a la vuelta, así que están hincando codos todo este mes con la profesora en el instituto, Susana Speth: «Antes de irse aprendieron el nivel básico para desenvolverse en situaciones cotidianas, allí han cursado otras 150 horas de alemán y ahora, cada mañana, estudiamos tres horas para que vuelvan con el nivel A-2», explica la profesora.

Aarón Gallud dice que el idioma ha sido lo más complicado pese a que iban preparados para los pocos meses que pudieron estudiar aquí. «Al principio fue frustrante, costaba entenderse, pero fue cuestión de poco tiempo». Viene encantado con el sistema de transporte alemán: «Hay aplicaciones de móvil que te indican el momento en que pasa el autobús y los conductores te dicen muy amablemente cómo llegar. Al ir al metro, enfrente ya tienes ya otro esperándote. Si no llegas a tiempo al trabajo es porque no quieres ir», bromea. «Y las calles están muy limpias» -añade-.

La propia empresa les ayuda a buscar casa, o un piso compartido con otros compañeros». Gallud ha estado en una multinacional japonesa con sedes en todo el mundo en reparación y mantenimiento de impresoras. Ha configurado las máquinas y le esperan para una formación más completa en FP dual de Electrotecnia el curso que viene.

«En Alicante iría a la Universidad, pero una persona de clase media no puede gastarse casi 3.000 euros al año en estudiar después que han quitado becas. Quería hacer Telecomunicaciones, pero son 170 euros cada asignatura, la segunda matrícula 300 euros y la tercera 500, no me puedo permitir suspender. Así que me vuelvo a Alemania y además sales formado de la empresa. Mis padres ven que ya me voy de casa pero contento». Va a ser Técnico Industrial. Tiene 21 años.

Sobrevivir

Daniel Martínez montó máquinas en Hannover. Su ciclo es de Fabricación Mecánica en lugar de mantenimiento, pero no se queja. «He aprendido cosas que no había visto antes y no me ha disgustado. En la empresa Continental, que son especialistas en fabricar neumáticos, probábamos las maquinas para mandarlas al extranjero. El trabajo está muy repartido, no es estresante y me vuelvo a la empresa, me va bien». Tiene 22 años.

También han ido con ellos Julián García y Luciano López, que vuelven a Alemania igualmente. El jefe de prácticas, José Luis Bellver, reconoce que las relaciones iniciales han sido complicadas por la distinta forma de trabajar de cada país, «pero el resultado ha sido más que satisfactorio. Los dos de siete que no regresan es porque prefieren quedarse en Alicante». El carácter personal de cada alumno y su ilusión es lo que favorece su integración.

El Cavanilles desarrolla proyectos europeos con el máximo nivel de calidad en prácticas de FP. «Eso nos ha servido como eje vertebrador para desarrollar los proyectos de dual, hasta ocho ciclos». La dirección lamenta que, pese a la implicación en cuanto propone Educación, el centro carece de la maquinaria e instalaciones adecuadas con sus más de 45 años «y no se atisba interés por hacer ninguna inversión. Seguimos luchando por sobrevivir».

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